La Segunda Guerra Mundial

Harold Jellicoe Percival era un veterano que sirvió en el RAF Bomber Command durante la Segunda Guerra Mundial. Nunca se casó ni tuvo hijos por lo que cuando murió el 25 de octubre a los 99 años parecía que su servicio funeral el 11 de noviembre iba a estar vacío.

Era tan triste el hecho de que un veterano fuera enterrado en la más completa soledad, precisamente el día en que se conmemora a estos héroes de guerra en los Estados Unidos, que el periódico local decidió hacer un llamado a sus lectores para que acudieran al evento.

El mensaje se esparció como pólvora en las redes sociales, principalmente en Facebook y Twitter, y muchos decidieron ir a presentarles sus respetos a este anciano. El resultado fue que el señor Percival tuvo un entierro repleto de desconocidos que fueron a despedirlo.

Detalle de la nota periodística

Veteranos y sus hijos, soldados y algunos otros que tuvieron que viajar desde pueblos distantes llenaron el espacio en la capilla, que no fue suficiente para todos los visitantes.

El sobrino del señor Percival, Andrew Colyer-Worrall, dijo que la asistencia fue "más que notable". "Era un hombre tranquilo, un hombre común y corriente que cumplió con su deber y sirvió en la guerra y ver a tantas personas presentarse, es simplemente abrumador", señaló. "Solo puedo decir muchas gracias a todos. Pensamos que seríamos dos o tres, pero ver cientos de personas presentarse es impresionante."

Adiós, Harold, descansa en paz.

En la batalla de mi vida:

Lucharé para obtener mi paz.
Pelearé por conquistar mi amor.
Si herí injustamente, haré que me perdonen.
Si alguien que quiero se aleja: lo volveré a acercar a mí.
Si he perdido la fe. la buscaré y la encontraré.
Trabajaré para ir conociendo la Verdad.

Me ganaré día a día la esperanza.
Y si quiero alegría, la pelearé sin tregua en la batalla.
No dejaré que nada, ni nadie, pueda oscurecer mi luz.

Pido al poder:

Que me sostenga en mis caídas amargas.
Que me ayude a comprender la verdad en mi vida.
Que me ayude a encontrar a los seres que amo.

Porque no espero que me den, sino ganármelo.
Y si es necesario, aprenderé a pedir perdón.
Y si es justo, sabré morir por aquello que quiero.