El Convoy PQ 17
El Convoy PQ 17 en la bahía de Hvalfjordur

A comienzos del año 1942, Stalin exigía más y más ayuda de sus aliados para poder detener la ofensiva alemana. Roosevelt y Churchill trataban de complacer al Kremlin, pero además en África Rommel estaba destrozando a los ingleses y si la resistencia del Ejército Rojo aumentaba, entonces los mandos alemanes se verían obligados a trasladar el mayor número de tropas y suministros hacia Rusia, evitando así que Rommel pudiera llegar a Egipto.
En el mes de mayo el convoy PQ-16 había perdido 16 barcos cuando se prepara el más grande convoy hasta esa fecha que debía llevar a Rusia equipo militar con un valor de 500 millones de dólares. Los mandos militares recomendaron posponer la partida para los últimos meses del año, pero la política se impone y se fija la fecha para el 27 de junio de 1942, época en que las zonas polares son iluminadas por el sol prácticamente durante las 24 horas del día. Siguiendo los planes trazados, los mercantes estadounidenses cargados llegan y el PQ-17 se ensambla en Hvalfjordur, Islandia.
El día fijado, el convoy inicia su marcha rumbo a Murmansk. La flota mercante está compuesta por 35 barcos y las escolta al mando del comandante J.E. Broome, comprende 6 destructores, 4 corbetas, 2 barcos auxiliares antiaéreos, 3 barreminas, 4 arrastreros anti-submarinos y dos submarinos. Otros cinco cruceros con sus respectivos destructores de escolta al mando del Vicealmirante H.K. Hamilton, le daban cobertura antisubmarina a distancia. Como protección adicional, el portaaviones HMS Victorious y el acorazado USS Washington, escoltados por el Acorazado HMS Duke of York, cruceros y destructores, al mando del Almirante Tovey, se mantienen a unas 200 millas distancia, lo suficiente para darle cobertura aérea al convoy en caso necesario, hasta que pasen el Cabo Norte.
La ruta establecida marca un derrotero que pasa cerca a Svalbard, el norte de las Islas de los Osos y bordea el límite del círculo polar para cambiar luego rumbo al sur bordeando Novaya Zemlya a través del Mar de Barents para caer en el Mar Blanco con rumbo sur.
A poco de iniciar la travesía, un barco sufre un desperfecto y se ve obligado a regresar, otro sufre una avería por el hielo y también regresa. Pero desde el momento en que el convoy se hace a la mar, el submarino U-456 lo avista y se mantiene en vigilancia tratando de establecer el rumbo de la enorme flota.
A partir del 1 de julio, la Luftwaffe se une a la cacería y comienza una serie de ataques a partir del día siguiente. Los primeros hundimientos ocurren a partir del día 4 de julio cuando los mercantes izan sus banderas nuevas festejando el aniversario patrio de EEUU. Ese día dos mercantes son hundidos. En esos momentos llega la fatídica orden de Londres de dispersar el convoy y que la mayoría de los barcos escolta regresen a Scapa Flow dejando solamente a los barcos antiaéreos y algunos barreminas.
El almirantazgo había recibido noticias de inteligencia que aseguraban que el DKM Tirpitz acompañado del DKM Prinz Eugen y una flotilla de buques escolta había zarpado de Trondheim para interceptar al convoy
Al día siguiente doce barcos más fueron hundidos, seis de ellos fueron tocados por la Luftwaffe y cuatro submarinos hundieron a los restantes. Lo dramático del asunto es que los acorazados alemanes no habían zarpado para interceptar al convoy sino simplemente estaban cambiando de puerto, aunque el día cinco el DKM Tirpitz recibió la orden de hacerse a la mar. Sin embargo, en vista de los éxitos que estaban obteniendo los submarinos y la Luftwaffe, se le ordenó permanecer en el puerto.
El día 6 fueron hundidos otros 2 mercantes, uno por la Luftwaffe y otro por el submarino U-255. Los días 7 y 8 fueron atacados y hundidos otros cinco barcos, dos de ellos por el mismo submarino; hasta ese día la Luftwaffe había hecho 202 salidas contra el convoy. El día 9 de julio, el resto de la escolta dio media vuelta, pero afortunadamente para los mercantes, ese día no hubo nuevos ataques.
La travesía del convoy estuvo plagada de problemas internos. Hubo motines, confinamiento bajo cubierta, capitanes mercantes que bajaron las banderas y enarbolaron banderines anunciando rendición incondicional. Otros embarrancaron sus barcos en las playas y los abandonaron. Los tripulantes de 9 mercantes desertaron, algunos antes de ser atacados, y otros capitanes barrenaron sus barcos para ser rescatados y regresar más seguros.
El 8 de julio de 1942, el Völkischer Beobachter anuncia en primera plana "Der Vernichtungsschlag gegen den grossen Geleizug im Eismeer. Trotz stärkster Sicherung 192400 BRT.!" es decir, "Devastadora explosión de un gran convoy en el mar polar. ¡A pesar de la enorme escolta hundimos 192.400 toneladas!" Dos de los buques supervivientes alcanzaron el puerto de Arkangel el 10 de julio, otros nueve arribaron al puerto de Murmansk la siguiente semana. Para entonces los alemanes habían hundido 142.500 toneladas de buques y 150 tripulantes habían muerto.
Miles de vehículos fueron a dar al fondo del mar, así como también 430 tanques, 210 bombarderos y 100 mil toneladas de carga de varios tipos. Un barco más fue hundido por el U-255 cuando hacía el viaje de regreso. Debido al desastre, el convoy PQ-18 fue retrasado hasta septiembre lo que causó la enérgica protesta de Moscú. En esa oportunidad fueron hundidos 30 barcos pese a la escolta de 50 buques y los convoyes se suspendieron hasta diciembre cuando la oscuridad invernal sería aliada de los convoyes.
En el mes de mayo el convoy PQ-16 había perdido 16 barcos cuando se prepara el más grande convoy hasta esa fecha que debía llevar a Rusia equipo militar con un valor de 500 millones de dólares. Los mandos militares recomendaron posponer la partida para los últimos meses del año, pero la política se impone y se fija la fecha para el 27 de junio de 1942, época en que las zonas polares son iluminadas por el sol prácticamente durante las 24 horas del día. Siguiendo los planes trazados, los mercantes estadounidenses cargados llegan y el PQ-17 se ensambla en Hvalfjordur, Islandia.
El día fijado, el convoy inicia su marcha rumbo a Murmansk. La flota mercante está compuesta por 35 barcos y las escolta al mando del comandante J.E. Broome, comprende 6 destructores, 4 corbetas, 2 barcos auxiliares antiaéreos, 3 barreminas, 4 arrastreros anti-submarinos y dos submarinos. Otros cinco cruceros con sus respectivos destructores de escolta al mando del Vicealmirante H.K. Hamilton, le daban cobertura antisubmarina a distancia. Como protección adicional, el portaaviones HMS Victorious y el acorazado USS Washington, escoltados por el Acorazado HMS Duke of York, cruceros y destructores, al mando del Almirante Tovey, se mantienen a unas 200 millas distancia, lo suficiente para darle cobertura aérea al convoy en caso necesario, hasta que pasen el Cabo Norte.
La ruta establecida marca un derrotero que pasa cerca a Svalbard, el norte de las Islas de los Osos y bordea el límite del círculo polar para cambiar luego rumbo al sur bordeando Novaya Zemlya a través del Mar de Barents para caer en el Mar Blanco con rumbo sur.
A poco de iniciar la travesía, un barco sufre un desperfecto y se ve obligado a regresar, otro sufre una avería por el hielo y también regresa. Pero desde el momento en que el convoy se hace a la mar, el submarino U-456 lo avista y se mantiene en vigilancia tratando de establecer el rumbo de la enorme flota.
A partir del 1 de julio, la Luftwaffe se une a la cacería y comienza una serie de ataques a partir del día siguiente. Los primeros hundimientos ocurren a partir del día 4 de julio cuando los mercantes izan sus banderas nuevas festejando el aniversario patrio de EEUU. Ese día dos mercantes son hundidos. En esos momentos llega la fatídica orden de Londres de dispersar el convoy y que la mayoría de los barcos escolta regresen a Scapa Flow dejando solamente a los barcos antiaéreos y algunos barreminas.
El almirantazgo había recibido noticias de inteligencia que aseguraban que el DKM Tirpitz acompañado del DKM Prinz Eugen y una flotilla de buques escolta había zarpado de Trondheim para interceptar al convoy
Al día siguiente doce barcos más fueron hundidos, seis de ellos fueron tocados por la Luftwaffe y cuatro submarinos hundieron a los restantes. Lo dramático del asunto es que los acorazados alemanes no habían zarpado para interceptar al convoy sino simplemente estaban cambiando de puerto, aunque el día cinco el DKM Tirpitz recibió la orden de hacerse a la mar. Sin embargo, en vista de los éxitos que estaban obteniendo los submarinos y la Luftwaffe, se le ordenó permanecer en el puerto.
El día 6 fueron hundidos otros 2 mercantes, uno por la Luftwaffe y otro por el submarino U-255. Los días 7 y 8 fueron atacados y hundidos otros cinco barcos, dos de ellos por el mismo submarino; hasta ese día la Luftwaffe había hecho 202 salidas contra el convoy. El día 9 de julio, el resto de la escolta dio media vuelta, pero afortunadamente para los mercantes, ese día no hubo nuevos ataques.
La travesía del convoy estuvo plagada de problemas internos. Hubo motines, confinamiento bajo cubierta, capitanes mercantes que bajaron las banderas y enarbolaron banderines anunciando rendición incondicional. Otros embarrancaron sus barcos en las playas y los abandonaron. Los tripulantes de 9 mercantes desertaron, algunos antes de ser atacados, y otros capitanes barrenaron sus barcos para ser rescatados y regresar más seguros.
El 8 de julio de 1942, el Völkischer Beobachter anuncia en primera plana "Der Vernichtungsschlag gegen den grossen Geleizug im Eismeer. Trotz stärkster Sicherung 192400 BRT.!" es decir, "Devastadora explosión de un gran convoy en el mar polar. ¡A pesar de la enorme escolta hundimos 192.400 toneladas!" Dos de los buques supervivientes alcanzaron el puerto de Arkangel el 10 de julio, otros nueve arribaron al puerto de Murmansk la siguiente semana. Para entonces los alemanes habían hundido 142.500 toneladas de buques y 150 tripulantes habían muerto.
Miles de vehículos fueron a dar al fondo del mar, así como también 430 tanques, 210 bombarderos y 100 mil toneladas de carga de varios tipos. Un barco más fue hundido por el U-255 cuando hacía el viaje de regreso. Debido al desastre, el convoy PQ-18 fue retrasado hasta septiembre lo que causó la enérgica protesta de Moscú. En esa oportunidad fueron hundidos 30 barcos pese a la escolta de 50 buques y los convoyes se suspendieron hasta diciembre cuando la oscuridad invernal sería aliada de los convoyes.
- Antecedentes
- Partida
- El Convoy es descubierto
- Movimientos de la Flota alemana
- Primeros ataques
- Ataque final
- Vídeos
- Fuentes
A. Antecedentes
A mediados de 1942, la situación en Rusia obligaba a suministrarle abastecimientos vitales para su supervivencia en su lucha con Alemania. El presidente Roosevelt hizo saber a su aliado británico la necesidad de destacar a la URSS los buques mercantes que se habían acumulado en Islandia con materiales provistos por los EE.UU. según la “Ley de Préstamo y Arriendo” (Lend and Lease), mientras que otros aguardaban en puertos británicos. Churchill, después de aceptar el requerimiento, le comunicó a sus jefes de estado mayor que “el fracaso de nuestra parte de intentar el riesgo debilitará nuestra influencia con nuestros principales aliados. Comparto vuestros recelos, pero siento que es una cuestión de deber”.
A mediados de 1942, la situación en Rusia obligaba a suministrarle abastecimientos vitales para su supervivencia en su lucha con Alemania. El presidente Roosevelt hizo saber a su aliado británico la necesidad de destacar a la URSS los buques mercantes que se habían acumulado en Islandia con materiales provistos por los EE.UU. según la “Ley de Préstamo y Arriendo” (Lend and Lease), mientras que otros aguardaban en puertos británicos. Churchill, después de aceptar el requerimiento, le comunicó a sus jefes de estado mayor que “el fracaso de nuestra parte de intentar el riesgo debilitará nuestra influencia con nuestros principales aliados. Comparto vuestros recelos, pero siento que es una cuestión de deber”.

El Primer Lord Naval, Almirante Dudley Pound, en precario estado de salud, aceptó la orden sin reparos aunque sus subordinados, incluido el comandante de la “Flota Metropolitana”, Almirante Sir John Tovey, pusieron de manifiesto los riesgos que implicaba el paso de un convoy, materializados por los 250 aviones de la “Luftwaffe”, en el extremo norte de Noruega, numerosos submarinos entre Cabo Norte y Spitzbergen y por sobre todo la posible presencia de una poderosa fuerza de ataque germana que podía estar integrada por los Panzerschiff DKM Lützow y DMK Admiral Scheer, el Crucero Pesado DKM Hipper, un grupo de destructores y fundamentalmente, el DKM Tirpitz, cuya velocidad y armamento superaba a sus equivalentes británicos.

A fines de junio, el Acorazado DKM Tirpitz y el Crucero DKM Hipper con cuatro destructores se encontraban en Trondheim, mientras que el DKM Admiral Scheer y el DKM Lutzow con seis destructores estaban en Narvik. El convoy inmediatamente anterior al PQ17, el PQ16, había zarpado el 21 de mayo desde Islandia al tiempo que el QP12 salía desde Murmansk en viaje de regreso.
Los 35 mercantes y sus escoltas del PQ16 fueron avistados por aviones del “KG 40”. El 25 de mayo comenzaron los ataques por parte de torpederos del “I/KG 26” y los bombarderos “Ju.88-4” del “KG 30” que lanzaron en altura, y que se prolongaron por cinco días con la colaboración de los “Ju.87 Stuka” del “I/StG 5” (StG = Sturzkampfgeschwader, Escuadra de bombardeo en picado) que ocasionaron el hundimiento de siete buques.
Con anterioridad a que se dispusiese la partida del convoy PQ 17, el Almirante Tovey había expresado que la situación estratégica era totalmente favorable a los alemanes, y que no era partidario de enviar cruceros pesados al mar de Barents con los convoyes, porque no se les podía dar protección adecuada contra submarinos y aviones y, en caso de ser averiados, sin facilidades adecuadas en el Norte de Rusia y demasiado lejos para su rescate, pero el Almirantazgo consideró esencial la presencia de cruceros en apoyo de la escolta cercana del convoy aunque con la limitación de no ir más allá del este de la Isla del Oso, excepto que enfrentaran unidades de superficie que no incluyeran al DKM Tirpitz y en todo caso no debían superar los 25º E.
Los 35 mercantes y sus escoltas del PQ16 fueron avistados por aviones del “KG 40”. El 25 de mayo comenzaron los ataques por parte de torpederos del “I/KG 26” y los bombarderos “Ju.88-4” del “KG 30” que lanzaron en altura, y que se prolongaron por cinco días con la colaboración de los “Ju.87 Stuka” del “I/StG 5” (StG = Sturzkampfgeschwader, Escuadra de bombardeo en picado) que ocasionaron el hundimiento de siete buques.
Con anterioridad a que se dispusiese la partida del convoy PQ 17, el Almirante Tovey había expresado que la situación estratégica era totalmente favorable a los alemanes, y que no era partidario de enviar cruceros pesados al mar de Barents con los convoyes, porque no se les podía dar protección adecuada contra submarinos y aviones y, en caso de ser averiados, sin facilidades adecuadas en el Norte de Rusia y demasiado lejos para su rescate, pero el Almirantazgo consideró esencial la presencia de cruceros en apoyo de la escolta cercana del convoy aunque con la limitación de no ir más allá del este de la Isla del Oso, excepto que enfrentaran unidades de superficie que no incluyeran al DKM Tirpitz y en todo caso no debían superar los 25º E.

El comandante de la “Flota Metropolitana” consideraba que, con respecto al próximo convoy con destino a Rusia, la época del año era la menos apropiada, prácticamente luz diurna las 24 horas. La escolta cercana demasiado débil y el convoy demasiado grande por lo que sugirió dividirlo en dos, pero el Primer Lord Naval dispuso que la operación se llevase a cabo como estaba planeada.
Un tema que parece haber causado honda preocupación en el Almirante Tovey, fue la posibilidad que el Almirantazgo, ante determinadas circunstancias, dispusiese la dispersión del convoy. Todas las experiencias previas indicaban la inconveniencia de tal medida, porque en formación, el conjunto estaba más protegido, mientras que dispersos los buques serían presa fácil de los medios del enemigo.
B. Partida
El convoy zarpó el 27 de junio con destino a Arcángel porque las facilidades portuarias en Murmansk estaban inoperables por la acción de la “Luftwaffe”. Lo hizo con un tercio de la escolta cercana: un submarino, tres barreminas y cuatro trawlers (Los trawlers eran pesqueros requisados, que quemaban carbón y no superaban los 10 nudos. Uno de ellos, el HMS Northern Gem, 850 toneladas, de origen alemán entregado como reparación de la Iª Guerra y de mejor calidad que sus equivalentes británicos.
Dos tercios de su tripulación eran jovencitos que nunca habían estado en el mar. El HMS Lord Austin, 700 toneladas, estaba armado con un cañón de 4”, un Oerlikon, dos ametralladoras Hotchkiss, dos lanzadores de cargas de profundidad a ambos lados del puente y dos lanzacohetes que desplegaban metros y metros de alambres que eventualmente podían afectar a aviones atacantes.
El HMS Ayrshire y el HMS Lord Middleton completaban el conjunto. HMS Halcyon, HMS Salamander y HMS Britomart, eran los barreminas de 850 toneladas, propulsados por máquinas alternativas, armados con un cañón de 4” el HMS Halcyon y el HMS Salamander y con dos el HMS Britomart y todos con cuatro ametralladoras de 50).
Un tema que parece haber causado honda preocupación en el Almirante Tovey, fue la posibilidad que el Almirantazgo, ante determinadas circunstancias, dispusiese la dispersión del convoy. Todas las experiencias previas indicaban la inconveniencia de tal medida, porque en formación, el conjunto estaba más protegido, mientras que dispersos los buques serían presa fácil de los medios del enemigo.
B. Partida
El convoy zarpó el 27 de junio con destino a Arcángel porque las facilidades portuarias en Murmansk estaban inoperables por la acción de la “Luftwaffe”. Lo hizo con un tercio de la escolta cercana: un submarino, tres barreminas y cuatro trawlers (Los trawlers eran pesqueros requisados, que quemaban carbón y no superaban los 10 nudos. Uno de ellos, el HMS Northern Gem, 850 toneladas, de origen alemán entregado como reparación de la Iª Guerra y de mejor calidad que sus equivalentes británicos.
Dos tercios de su tripulación eran jovencitos que nunca habían estado en el mar. El HMS Lord Austin, 700 toneladas, estaba armado con un cañón de 4”, un Oerlikon, dos ametralladoras Hotchkiss, dos lanzadores de cargas de profundidad a ambos lados del puente y dos lanzacohetes que desplegaban metros y metros de alambres que eventualmente podían afectar a aviones atacantes.
El HMS Ayrshire y el HMS Lord Middleton completaban el conjunto. HMS Halcyon, HMS Salamander y HMS Britomart, eran los barreminas de 850 toneladas, propulsados por máquinas alternativas, armados con un cañón de 4” el HMS Halcyon y el HMS Salamander y con dos el HMS Britomart y todos con cuatro ametralladoras de 50).

El mismo día zarpó de Scapa Flow, una “Fuerza X”, con nueve carboneros acompañados por barreminas, dos cruceros y cinco destructores con la misión de desviar la atención alemana del PQ17 (El día 28, el USS Richard Bland, varó en la costa islandesa y tuvo que retornar.
El 29 la formación entró en una niebla espesa, oscura y fría acompañada por lluvia intensa con el consiguiente desamparo en los puentes abiertos y las dificultades inherentes para la formación inicial del convoy. A 0420 en el extremo septentrional de Islandia, el Exford colisionó con un hielo flotante y aunque éste emergía sólo cinco pies, le dobló la roda provocando un rumbo y tuvo que volver.
La niebla también ocultó la “Fuerza X” con lo que no se cumplió con el objetivo buscado). El 30 de junio se produjo la reunión con el resto de la escolta cercana que provenía de Seydisfiord, seis destructores, otro submarino, cuatro corbetas y los buques AA, HMS Palomares y HMS Pozarica, el conjunto bajo el mando del capitán de Fragata USS J.E. Broome (Las dos naves equipadas para la defensa AA, contaban con una adición sustancial de blindaje y estaban armadas con seis piezas AA de 4” en tres montajes dobles, ocho Pom-Pom de 40 mm, ocho de 20 mm y ocho ametralladoras de 50 en dos montajes cuádruples, con tal cantidad de munición que parte de ella estaba estibada en cubierta.
De las cuatro corbetas, HMS Dianella, HMS Poppy, HMS Lotus y HMS La Malouine que enarbolaba simultáneamente el pabellón tricolor y la enseña blanca, aunque su dotación era británica, dos eran nuevas en su viaje inaugural. Los seis destructores, con excepción del HMS Offa, eran pequeños de la Clase Hunt [Destructores Escolta] o de los tiempos inmediatamente posteriores a la 1ª Guerra.
El HMS Keppel, buque bandera del Capitán Broome, era uno de estos últimos, y del cual se decía tenía “tantas vías de agua como un colador” y sus tuberías de “vapor atadas con cuerdas”. En conjunto incluía uno de los de cuatro chimeneas, el HMS Leamington, uno de los cincuenta antiguos cedidos por los EE.UU. en 1940. Completaban la escuadrilla el HMS Wilton, HMS Fury y HMS Ledbury).
El 29 la formación entró en una niebla espesa, oscura y fría acompañada por lluvia intensa con el consiguiente desamparo en los puentes abiertos y las dificultades inherentes para la formación inicial del convoy. A 0420 en el extremo septentrional de Islandia, el Exford colisionó con un hielo flotante y aunque éste emergía sólo cinco pies, le dobló la roda provocando un rumbo y tuvo que volver.
La niebla también ocultó la “Fuerza X” con lo que no se cumplió con el objetivo buscado). El 30 de junio se produjo la reunión con el resto de la escolta cercana que provenía de Seydisfiord, seis destructores, otro submarino, cuatro corbetas y los buques AA, HMS Palomares y HMS Pozarica, el conjunto bajo el mando del capitán de Fragata USS J.E. Broome (Las dos naves equipadas para la defensa AA, contaban con una adición sustancial de blindaje y estaban armadas con seis piezas AA de 4” en tres montajes dobles, ocho Pom-Pom de 40 mm, ocho de 20 mm y ocho ametralladoras de 50 en dos montajes cuádruples, con tal cantidad de munición que parte de ella estaba estibada en cubierta.
De las cuatro corbetas, HMS Dianella, HMS Poppy, HMS Lotus y HMS La Malouine que enarbolaba simultáneamente el pabellón tricolor y la enseña blanca, aunque su dotación era británica, dos eran nuevas en su viaje inaugural. Los seis destructores, con excepción del HMS Offa, eran pequeños de la Clase Hunt [Destructores Escolta] o de los tiempos inmediatamente posteriores a la 1ª Guerra.
El HMS Keppel, buque bandera del Capitán Broome, era uno de estos últimos, y del cual se decía tenía “tantas vías de agua como un colador” y sus tuberías de “vapor atadas con cuerdas”. En conjunto incluía uno de los de cuatro chimeneas, el HMS Leamington, uno de los cincuenta antiguos cedidos por los EE.UU. en 1940. Completaban la escuadrilla el HMS Wilton, HMS Fury y HMS Ledbury).

Los cruceros pesados HMS London, HMS Norfolk, USS Tuscaloosa y USS Wichita y tres destructores, dos de ellos americanos, al mando del Contraalmirante L.H.K. Hamilton, lo acompañarían hasta la Isla del Oso. La cobertura lejana, desde una posición al noroeste de la isla Jan Mayen, estaba dada por la “Flota Metropolitana”, entonces integrada por el portaaviones HMS Victorious, los acorazados DKM Duke of York y USS Washington, los cruceros HMS Cumberland y HMS Nigeria y catorce destructores, al mando del Almirante Tovey.
Al tiempo de zarpar, Bletchley Park, donde se interceptaban y descifraban los mensajes alemanes (ULTRA) y se elaboraba inteligencia, había informado que el convoy sería atacado por bombarderos y submarinos. No había hasta entonces indicación alguna de la posible presencia de unidades pesadas de superficie. Sin embargo, el almirante Raeder había elaborado el plan Rösselsprung que involucraba a sus buques capitales en un ataque al PQ17, una vez que hubiese sido localizado, verificado la presencia de portaaviones en las fuerzas británicas en la zona y, por sobre todo, después de haber obtenido la autorización de Hitler.
Al tiempo de zarpar, Bletchley Park, donde se interceptaban y descifraban los mensajes alemanes (ULTRA) y se elaboraba inteligencia, había informado que el convoy sería atacado por bombarderos y submarinos. No había hasta entonces indicación alguna de la posible presencia de unidades pesadas de superficie. Sin embargo, el almirante Raeder había elaborado el plan Rösselsprung que involucraba a sus buques capitales en un ataque al PQ17, una vez que hubiese sido localizado, verificado la presencia de portaaviones en las fuerzas británicas en la zona y, por sobre todo, después de haber obtenido la autorización de Hitler.

Como esa autorización estaba bastante condicionada y podía llegar demasiado tarde para intervenir, se dispuso el desplazamiento hacia el norte de Noruega de las naves en Narvik y Trondheim (El 14 de junio, el comandante naval alemán de las fuerzas en el Norte, Almirante Schniewind, emitió una orden que disponía que al tomar conocimiento de que el convoy se encontraba en aproximación, los buques surtos en Narvik, DKM Lutzow y DKM Scheer, debían desplazarse al Altenfiord; mientras que la fuerza en Trondheim, DKM Tirpitz y DKM Hipper, se trasladaría al Vestfjord, el acceso a Narvik.
Las dos fuerzas zarparían una vez que el convoy cruzase el meridiano 5° este y se reunirían a unas cien millas al norte del Cabo Norte para llevar a cabo el ataque cuando se encontrase entre 20°y 30° este. La información respecto a la posición del convoy sería suministrada por submarinos y aviones).
Cuando el comando de la Luftwaffe tomó conocimiento de la partida del PQ17 los medios de la 5 Luftflotte fueron reforzados con el arribo de la totalidad del KG 30 y el I/StG 5 hasta un total de 264 máquinas de combate y exploración. Con 24 horas de luz diurna el convoy sería objeto de continuo seguimiento.
C. El Convoy es descubierto
El 1º de julio, desde el convoy, se avistaron submarinos en superficie que fueron alejados por los destructores. Después de mediodía apareció el primer avión de reconocimiento, un Blohm & Voss BV-138 Seedrache. Posteriormente una alarma submarina con el lanzamiento de cargas de profundidad.
La neblina de la mañana se levantó en la tarde y la totalidad del convoy pasó a ser visible. Al explorador mencionado se unieron nueve torpederos Heinkel, que se acercaron por la retaguardia, provocaron reacción AA y lanzaron desde lejos sin lograr impactos.
Durante la jornada el Aldersdale inició el reabastecimiento de las escoltas. A las 21:00 aparecieron bancos de niebla. Tres atacantes fueron alejados por la AA. Más tarde el patrón del HMS Lord Austin, Teniente Leslie Wathen, avistó a proa un submarino en superficie junto a uno de los hidros torpederos. Cuando un destructor abrió fuego, uno se sumergió y el otro despegó.
El 2 de julio amaneció luminoso. Los submarinos se hicieron presente obligando al lanzamiento de cargas. El destructor HMS Offa abrió fuego, a distancia extrema, a uno que se encontraba en superficie.
Las dos fuerzas zarparían una vez que el convoy cruzase el meridiano 5° este y se reunirían a unas cien millas al norte del Cabo Norte para llevar a cabo el ataque cuando se encontrase entre 20°y 30° este. La información respecto a la posición del convoy sería suministrada por submarinos y aviones).
Cuando el comando de la Luftwaffe tomó conocimiento de la partida del PQ17 los medios de la 5 Luftflotte fueron reforzados con el arribo de la totalidad del KG 30 y el I/StG 5 hasta un total de 264 máquinas de combate y exploración. Con 24 horas de luz diurna el convoy sería objeto de continuo seguimiento.
C. El Convoy es descubierto
El 1º de julio, desde el convoy, se avistaron submarinos en superficie que fueron alejados por los destructores. Después de mediodía apareció el primer avión de reconocimiento, un Blohm & Voss BV-138 Seedrache. Posteriormente una alarma submarina con el lanzamiento de cargas de profundidad.
La neblina de la mañana se levantó en la tarde y la totalidad del convoy pasó a ser visible. Al explorador mencionado se unieron nueve torpederos Heinkel, que se acercaron por la retaguardia, provocaron reacción AA y lanzaron desde lejos sin lograr impactos.
Durante la jornada el Aldersdale inició el reabastecimiento de las escoltas. A las 21:00 aparecieron bancos de niebla. Tres atacantes fueron alejados por la AA. Más tarde el patrón del HMS Lord Austin, Teniente Leslie Wathen, avistó a proa un submarino en superficie junto a uno de los hidros torpederos. Cuando un destructor abrió fuego, uno se sumergió y el otro despegó.
El 2 de julio amaneció luminoso. Los submarinos se hicieron presente obligando al lanzamiento de cargas. El destructor HMS Offa abrió fuego, a distancia extrema, a uno que se encontraba en superficie.

A medio día el convoy era observado por seis exploradores. A las 16:30 atacaron diez Heinkel He 115C de la 1./Kü.Fl. GR 406, que fueron rechazados. Uno fue derribado por el Fury, su tripulación a bordo del bote inflable, fue rescatada, con una de las escoltas en aproximación, por otro hidro que amerizó con gran riesgo y coraje. Luego se hizo presente un Walrus, del Crucero HMS London con un mensaje lumínico de cambio de rumbo.
Al repeler un súbito ataque de tres aviones, el hidro británico se encontró en la línea de tiro sin consecuencias (Mientras tanto un explorador describía monótonamente círculos. Desde un destructor le enviaron un mensaje por lámpara: “Podría cambiar el sentido de giro. Nos está causando vértigo”. Respuesta “Cualquier cosa para complacer a un inglés”, e invirtió el sentido del vuelo. A media noche comenzaron a aparecer icebergs.
En esta jornada se produjo el cruce con otro convoy procedente de Rusia en 73° N y 3° E.). Para entonces la fuerza de cruceros del Contraalmirante Hamilton había sobrepasado el convoy y se mantenía fuera de la vista unas 40 millas al N.
Al repeler un súbito ataque de tres aviones, el hidro británico se encontró en la línea de tiro sin consecuencias (Mientras tanto un explorador describía monótonamente círculos. Desde un destructor le enviaron un mensaje por lámpara: “Podría cambiar el sentido de giro. Nos está causando vértigo”. Respuesta “Cualquier cosa para complacer a un inglés”, e invirtió el sentido del vuelo. A media noche comenzaron a aparecer icebergs.
En esta jornada se produjo el cruce con otro convoy procedente de Rusia en 73° N y 3° E.). Para entonces la fuerza de cruceros del Contraalmirante Hamilton había sobrepasado el convoy y se mantenía fuera de la vista unas 40 millas al N.

Desde el anochecer del día 2 hasta la mañana de la jornada siguiente el convoy fue protegido por la niebla (A las 03:00 del 3 de julio, el petrolero Gray Ranger, tuvo un rumbo a proa al embestir un témpano pequeño.
La dimensión de la avería no posibilitaba una reparación temporaria de manera que, previa entrega de las cartas hidrográficas al Aldersdale, emprendió el viaje de retorno. Según el plan original, el Aldersdale debía regresar después de alcanzar la longitud del Cabo Norte; ahora debía seguir hasta Arcángel). A las 7:00 se alteró el curso al E., para sobrepasar la isla del Oso y entrar en el Mar de Barents.
Por la tarde las escoltas alejaron submarinos. Cinco Heinkels, lanzaron a gran distancia sin consecuencias. El HMS Offa rechazó a otro en ataque solitario. A las 22:15 el convoy se encontraba 30 millas al N de la Isla del Oso. El Almirante Hamilton decidió que sus cruceros permanecerían en las cercanías aun cuando el convoy sobrepasase la citada isla y por su parte el Almirante Tovey con las unidades pesadas se aproximaba al punto para dar cobertura lejana.
Todo parecía marchar bastante bien pero en esa jornada comenzaron a darse los acontecimientos que conducirían a una catástrofe.
La dimensión de la avería no posibilitaba una reparación temporaria de manera que, previa entrega de las cartas hidrográficas al Aldersdale, emprendió el viaje de retorno. Según el plan original, el Aldersdale debía regresar después de alcanzar la longitud del Cabo Norte; ahora debía seguir hasta Arcángel). A las 7:00 se alteró el curso al E., para sobrepasar la isla del Oso y entrar en el Mar de Barents.
Por la tarde las escoltas alejaron submarinos. Cinco Heinkels, lanzaron a gran distancia sin consecuencias. El HMS Offa rechazó a otro en ataque solitario. A las 22:15 el convoy se encontraba 30 millas al N de la Isla del Oso. El Almirante Hamilton decidió que sus cruceros permanecerían en las cercanías aun cuando el convoy sobrepasase la citada isla y por su parte el Almirante Tovey con las unidades pesadas se aproximaba al punto para dar cobertura lejana.
Todo parecía marchar bastante bien pero en esa jornada comenzaron a darse los acontecimientos que conducirían a una catástrofe.