
Fue en 2009, la última vez que tomó parte en las celebraciones del aniversario de la Batalla de Westerplatte, una fecha conmemorada cada año el 1º de septiembre, dijo Nowak. En su cumpleaños número 97, el mes pasado, estaba postrado y débil, dijo.
Skowron, cabo en ese entonces, fue uno de los 200 efectivos polacos que protegían un depósito militar en Westerplatte, cerca de la ciudad de Gdansk, cuando cayó bajo intenso fuego del buque de guerra alemán, Schlezwig-Holstein.
Sin suministros ni refuerzos, los polacos resistieron durante siete días ante ataque de más de 1.500 tropas alemanas desde tierra, mar y aire, pero finalmente fueron tomados como prisioneros.
Las tropas alemanas esperaban tomar Westerplatte en unas horas, sin embargo, la guarnición polaca de menos de doscientos efectivos resistió una semana. En la batalla murieron y resultaron heridos poco más de setenta polacos y trescientos alemanes.
Skowron fue liberado del campamento de prisioneros de guerra en 1940, debido a la mala salud y se instaló con su familia cerca de Kielce. Trabajó en los ferrocarriles polacos hasta su retiro en 1975. Luego dedicó su vida a contar la historia de la batalla a las nuevas generaciones.
Su funeral se celebró el miércoles en Brzeziny, cerca de Kielce.
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