Una diseñadora gráfica logra entregar a sus destinatarios numerosas misivas interceptadas por la censura nazi

Marcel Heuzé era un tornero francés que entre 1942 y 1944 se vio obligado a trabajar en la fábrica Daimler-Benz donde se producían tanques, motores aeronáuticos y vehículos blindados, como parte del “Servicio de Trabajo Obligatorio” que forzó a cientos de miles de franceses a trabajar en diversas factorías alemanas durante la Segunda Guerra Mundial.
Durante su forzada estancia en Alemania, Heuzé envió decenas de cartas a su esposa René y sus tres hijas desde el campo de trabajo de Marienfelde, al suroeste de Berlín. Sin embargo, tal y como cuenta Javier Sanz en “Historias de la Historia”, ganador del Premio Bitácoras.com al Mejor Blog Cultural en 2011, sólo unas pocas pasaron el filtro de la censura nazi y lograron llegar a su destino.
Casi siete décadas después, la diseñadora gráfica Carolyn Porter descubrió por casualidad un lote de viejas cartas en francés en una tienda de antigüedades de Stillwater (Minnesota). Intrigada, decidió comprarlas y buscar a alguien que la ayudara a traducirlas. Así, descubrió que se trataba de las cartas escritas por Marcel y que nunca habían llegado a su destino. En ellas, el tornero narraba su día a día, el amor que sentía por su esposa y sus hijas, su miedo de no volver a verlas o su frustración al darse cuenta de que las cartas no llegarían jamás a estar en poder de su familia.
Cuando Carolyn terminó de traducirlas sólo quería saber si el protagonista de esas misivas tan hermosas y desgarradoras había sobrevivido y regresado a casa con su esposa y sus hijas. Tras más de un año de investigaciones, logró descubrir que Marcel había logrado regresar a casa con su familia. Aunque Marcel había fallecido en 1992 y René en 2005, consiguió contactar con su descendientes. A finales del pasado mes de octubre, Carolyn viajó hasta París para encontrarse con la familia de Marcel Heuzé. Casi 70 años después, estas cartas de amor llegaron a su destino.
Fuente: http://www.abc.esDurante su forzada estancia en Alemania, Heuzé envió decenas de cartas a su esposa René y sus tres hijas desde el campo de trabajo de Marienfelde, al suroeste de Berlín. Sin embargo, tal y como cuenta Javier Sanz en “Historias de la Historia”, ganador del Premio Bitácoras.com al Mejor Blog Cultural en 2011, sólo unas pocas pasaron el filtro de la censura nazi y lograron llegar a su destino.
Casi siete décadas después, la diseñadora gráfica Carolyn Porter descubrió por casualidad un lote de viejas cartas en francés en una tienda de antigüedades de Stillwater (Minnesota). Intrigada, decidió comprarlas y buscar a alguien que la ayudara a traducirlas. Así, descubrió que se trataba de las cartas escritas por Marcel y que nunca habían llegado a su destino. En ellas, el tornero narraba su día a día, el amor que sentía por su esposa y sus hijas, su miedo de no volver a verlas o su frustración al darse cuenta de que las cartas no llegarían jamás a estar en poder de su familia.
Cuando Carolyn terminó de traducirlas sólo quería saber si el protagonista de esas misivas tan hermosas y desgarradoras había sobrevivido y regresado a casa con su esposa y sus hijas. Tras más de un año de investigaciones, logró descubrir que Marcel había logrado regresar a casa con su familia. Aunque Marcel había fallecido en 1992 y René en 2005, consiguió contactar con su descendientes. A finales del pasado mes de octubre, Carolyn viajó hasta París para encontrarse con la familia de Marcel Heuzé. Casi 70 años después, estas cartas de amor llegaron a su destino.