
Se trata de una serie de informes encargados por los militares soviéticos tras la victoria para determinar los errores cometidos en los primeros días del conflicto, cuando la maquinaria bélica nazi lanzó el ataque más destructivo en la historia de la humanidad. Parecía que nada podía detenerla.
La tarea fue encomendada en 1952 al general Aleksandr Pokrovsky, director de ciencia e historia en el Ejército soviético, quien lideró un equipo de recolección de datos y testimonios sobre el estado de las fuerzas militares al momento de la invasión, según destacó la cadena rusa RT.
Infobae indagó en los documentos en los que diferentes comandantes responden preguntas sobre el nivel de preparación, el control sobre la tropa y la respuesta al ataque de los alemanes y sus aliados.
"Uno puede juzgar la sorpresa del inicio de la guerra por el hecho de que un regimiento de artillería, que había sido transportado por tren a la estación Shulai en la madrugada del 22 de junio, pensó que el bombardeo de nuestros aeropuertos marcaba el inicio de maniobras de entrenamiento", dijo el general Pyotr Sobennikov, comandante del 8° Ejército en el Báltico.
En esos primeros días de la invasión, la fuerza aérea alemana, la Luftwaffe, arrasó con las unidades de primera línea de su par soviética y dejó a la tropas sin apoyo aéreo, en especial en la zona de Sobennikov.
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