
En 1941 al abrirse el frente oriental en la II Guerra Mundial (llamada “Gran Guerra Patriótica” en la URSS), Mariya fue evacuada a Siberia. Cabe recordar que Alemania invadió la URSS infringiendo el pacto Molotov-Ribbentrop firmado dos años antes, en 1939. Aquella invasión, ordenada por Hitler y considerada un gravísimo error militar, que, a la postre, sería la tumba del III Reich.

Oktyabrksaya, que por entonces tenía 38 años, decidió vender todas sus posesiones, comprar un carro de combate T-34 (que le costó 50.000 rublos de la época) y lanzarse a combatir a los nazis en el frente, que había empezado a retroceder ante el empuje del Ejército Rojo, tras estar a las puertas de Moscú.
Mariya escribió una carta a Stalin en la que pedía incorporarse al frente en estos términos:
“Mi marido murió en combate defendiendo a la Madre Patria. Quiero vengarme de los perros fascistas por su muerte y los la muerte de los soviéticos torturados por los bárbaros fascistas. Para ello, he depositado mis ahorros personales -50.000 rublos- en el Banco Nacional para construir un tanque. Solicito humildemente que el tanque se llame ‘Novia Luchadora’ (“Боевая подруга”) y que me envíen a la línea del frente como conductora del mismo”.
El carro de combate que esta mujer seleccionó fue un T-34, un tanque medio ideado por los soviéticos que se fabricó en masa durante la Segunda Guerra Mundial. «El T-34 era un carro de combate casi invulnerable al fuego de los cañones contra-carro alemanes más usuales por entonces, los de 37 milímetros y los de 50 milímetros», según explica por ABC.
Aunque la división acorazada de la URSS estaba formada íntegramente por hombres, Stalin vio en aquella brava mujer una excelente oportunidad propagandística y ordenó que fuera admitida sin dilación en la 26 Brigada de Tanques del Ejército Rojo, tras cinco meses de entrenamiento, un plazo anormalmente breve para el puesto. Tal y como pedía en la carta a Stalin, Oktyabrksaya pintó en la torreta del T-34 las palabras ‘Novia Luchadora’.

Solo dos meses después, su coraje en la batalla resultó vano. Una vez más, el tanque resultó dañado tras destrozar las posiciones enemigas, y una vez más, Mariya saltó del vehículo para tratar de repararlo. Cuando intentó volver al tanque recibió un fragmento de metralla en la cabeza que le dejó inconsciente. La “novia luchadora” permaneció dos meses en coma en un hospital militar antes de fallecer el 15 de marzo de 1944.

Fuentes:
https://blogs.publico.es
https://thesanghakommune.org/
http://artyushenkooleg.ru