TESTIGO DIRECTO. JULIO FUENTESY si los restos encontrados, son como los últimos que has puesto, de las tropas invasoras
El Valle de la Muerte
Un grupo de voluntarios busca en Rusia miles de cadáveres de soldados soviéticos, alemanes y españoles muertos en la Segunda Guerra Mundial
NOVGOROD
(Rusia)
La Gran Guerra permanece detenida en el subsuelo de Novgorod. Estratificada por frentes y trincheras. Soldados rusos, alemanes y españoles surgen abrazados en el último impulso de un ataque a la bayoneta. Si el frente fue primero alemán y luego conquistado por los soviéticos, los restos de los soldados del III Reich ocupan el nivel más profundo bajo los pantanos y los bosques, mientras los huesos de los rusos afloran en el «primer piso».
La misión del grupo Valle de la Muerte consiste en exhumar los restos de los que lucharon en el frente de Novgorod, a 750 kilómetros al norte de Moscú, para saldar una deuda con la historia rusa.
«Muchos piensan que nuestros problemas están enterrados en esos campos de batalla. Hoy seríamos más honestos si la misión se hubiera realizado antes. Es mucho más útil para los vivos que para los muertos», dice Serguei Flugov, ex dirigente de las Juventudes Comunistas y coordinador de los 2.500 voluntarios rusos y extranjeros que anualmente colaboran en las exhumaciones del Valle de la Muerte.
En la región de Novgorod, no muy lejos de Leningrado (ahora San Petersburgo), cayeron en combate 800.000 soldados soviéticos de los que sólo 510.000 han recibido sepultura. En el subsuelo de la actual Federación Rusa yacen más de un millón del combatientes del Ejército Rojo que la urgencia de la guerra, los cambios de frente o las retiradas impidieron enterrar. 27 millones de soviéticos, entre soldados y civiles, perecieron entre los años 1941 y 1945. Los voluntarios del Valle de la Muerte, en su mayoría jóvenes que excavan gratis en su tiempo libre, han exhumado 36.264 restos de soldados soviéticos y 300 alemanes en los últimos dos años.
El Gobierno, patrocinador del proyecto, aporta el transporte militar, algunas máquinas y la comida para los voluntarios.
Las osamentas de los soldados se hayan enterradas en parajes remotos, aún aferrados a sus ametralladoras o puestos de radio, rodeados de material de guerra putrefacto. Si el soldado pereció aislado, su restos suelen hallarse a 40 metros de profundidad.
En primavera, los voluntarios del Valle encontraron los restos de un soldado español de la División Azul y dos chapas militares de identificación que no fueron partidas por la mitad en el momento de la muerte. Eso significa que los familiares no recibieron notificación de los fallecimientos ni conocen el lugar donde desaparecieron.
Los restos, de los que tomaron acta dos veteranos de la División Azul desplazados a Novgorod, serán entregados a los parientes o al Ministerio español de Defensa. Sin embargo, Flugov asegura que será imposible encontrar a todos los españoles caídos en Rusia, cuyo número se estima en 4.000.
El Ministerio estableció recientemente un acuerdo con la organización alemana «Volksbund KGK» para localizar y enterrar a los divisionarios españoles en la necrópolis militar alemana de Novgorod.
En aquel territorio existen cinco cementerios identificados donde reposan soldados españoles. El problema radica en que entre Rusia y España no existe ningún acuerdo para el cuidado de las tumbas.
Las zonas de enterramiento, sin cruces o lápidas, no se consideran legalmente como cementerios. Además, los alemanes y sus aliados españoles eliminaban en su retirada los signos que identificaban los cementerios de campaña para evitar las profanaciones. Después de la guerra, Stalin ordenó acabar con muchos cementerios enemigos.
El trabajo no tiene nada de terrorífico. Es muy técnico y está dirigido por expertos. Los huesos se «levantan» casi como objetos arqueológicos. Una vez al año se organizan entierros militares.
Un caído de cada cien tiene familiares vivos. 37.000 familias han sido localizadas e informadas del destino de sus muertos. En muchos casos, la esposa o los nietos seguían esperando aún al soldado perdido en el Valle de la Muerte.
http://www.elmundo.es/papel/hemeroteca/ ... 72394.html