La muerte de un ex guardia antes de ser juzgado por su responsabilidad en el asesinato de 430.000 judíos abrió un interrogante sobre cuál será el futuro de los cazadores de nazis tras el fallecimiento de los principales criminales.

Samuel Kunz, de 89 años, murió el 19 de noviembre pasado en su domicilio cercano a Bonn, luego de figurar tercero en una lista de los criminales más buscados junto a Aribert Heim, conocido como el carnicero del campo de concentración de Mauthausen (Austria).
En el caso de Heim, la justicia y la policía investiga su supuesto fallecimiento en Egipto en 1992.
La edad de los ex jerarcas -teniendo en cuenta que la Segunda Guerra Mundial finalizó en 1945- en muchos casos supera los 90 años, por lo que surgen dudas sobre cuál será el trabajo de los cazadores de nazis en los próximos años.
"En realidad lo que se termina es la búsqueda de los criminales que pueden ser llevados a la justicia, pero queda por delante mantener la memoria del Holocausto como un recordatorio ante la amenaza de la intolerancia en el presente y en el futuro, dijo a Télam el director para América Latina del Centro Simón Wiesenthal, Sergio Widder.
Los procesos en los criminales tienen que verse como una señal de alerta y de precedente de que estos tipos no son tolerados en ninguna sociedad democrática. Estos criminales tienen que saber que tarde o temprano tendrán que enfrentar a la justicia, agregó.
En tanto, el vicedirector de la oficina central de criminales nazis en Ludwigsburg, cerca de la ciudad alemana de Stuttgart, dijo que es verdad que el tiempo se acaba, considerando la edad de la gente, pero señaló que hay jerarcas más viejos que Kunz que aguardan su proceso judicial.
Por supuesto, es verdad que nosotros estamos aproximándonos al final de nuestra actividad en los próximos años", afirmó Hill, citado esta semana por el diario The New York Times.
Kunz estaba acusado indirectamente de ser responsable de la muerte de 430.000 judíos que pasaron por el campo polaco de Belzec -y personalmente de matar a por lo menos diez personas-, entre enero de 1942 y julio de 1943, pero murió tranquilamente en su casa antes de ser juzgado.
En abril pasado fue identificado mientras se buscaba una supuesta conexión con el proceso contra el ucraniano John Demjanjuk, de 90 años -que también trabajo en Belzec-, juzgado en Munich desde fines de 2009 por su responsabilidad en la muerte de 30.000 judíos.
Kunz figuraba tercero en una lista en la que también aparecen los nombres de Alois Brunner (no se sabe si vive), mano derecha de Adolf Eichmann (envió a las cámaras de gas a 140.000 judíos) y el secretario privado de Adolfo Hitler, Martin Bormann, quien para el Centro Wiesenthal murió en Alemania.
Cuando se le preguntó por qué un criminal como Kunz sobrevivió a la posguerra, Widder señaló que en Alemania no hubo una política de ir por la gente que estaba en segunda o tercera línea.
Recién en los últimos años se puso un marcha un programa del Centro Wiesenthal, que lidera Efraín Zuroff en Jerusalén -el principal experto-, quien emprendió la campaña para que Kunz fuera llevado a juicio, afirmó.
Sin embargo queda aún un número indeterminado de gente con responsabilidad en crímenes, como el caso del colaboracionista holandés Klass Carel Faber, de 88 años.
Faber, quien logró la ciudadanía alemana por sus servicios a las Waffen-SS, división de elite nazi, fue sentenciado de por vida por sus crímenes de guerra.
Holanda pidió la extradición de Faber, a quien se acusa del asesinato de por lo menos 22 judíos entre 1939 y 1945, pero Alemania se negó durante décadas a extraditarlo por su condición de ciudadano de ese país.
Los fiscales holandeses están tratando de utilizar el llamado sistema de orden de detención europea, medida adoptada para hacer frente a las amenazas de terrorismo.
Gracias al trabajo de los cazadores de nazis fueron capturados, en Argentina, Adolf Eichmann en 1960 -juzgado y ahorcado en Israel- y Erich Priebke, condenado a cadena perpetua por un tribunal italiano por la masacre de 330 personas en las Fosas Ardeatinas en 1944.
También fue arrestado en el país Josef Schwammberger, miembro de la unidad de protección de la era nazi, quien fue extraditado a Alemania en 1987 donde murió en 2004. Todos se refugiaron en Argentina siguiendo la llamada Ruta de las ratas.
El cazador Wiesenthal, fallecido a los 96 años en 2005, llevó ante la justicia a más de 1100 criminales del nazismo, pero sin embargo no pudo capturar a Josef Mengele -que huyó a Italia, Argentina y Paraguay-, debido a que el médico de Auschwitz murió ahogado en Brasil en 1979.
En una oportunidad, Wiesenthal afirmó: No estoy motivado por un sentimiento de venganza. Tal vez fue por un corto tiempo al principio() Nosotros no debemos olvidar. Si nosotros olvidamos, la misma situación puede volver a suceder otra vez, en 20, 50 ó 100 años.
Fuente: http://noticias.terra.com.ar/internacio ... 0RCRD.htmlEn el caso de Heim, la justicia y la policía investiga su supuesto fallecimiento en Egipto en 1992.
La edad de los ex jerarcas -teniendo en cuenta que la Segunda Guerra Mundial finalizó en 1945- en muchos casos supera los 90 años, por lo que surgen dudas sobre cuál será el trabajo de los cazadores de nazis en los próximos años.
"En realidad lo que se termina es la búsqueda de los criminales que pueden ser llevados a la justicia, pero queda por delante mantener la memoria del Holocausto como un recordatorio ante la amenaza de la intolerancia en el presente y en el futuro, dijo a Télam el director para América Latina del Centro Simón Wiesenthal, Sergio Widder.
Los procesos en los criminales tienen que verse como una señal de alerta y de precedente de que estos tipos no son tolerados en ninguna sociedad democrática. Estos criminales tienen que saber que tarde o temprano tendrán que enfrentar a la justicia, agregó.
En tanto, el vicedirector de la oficina central de criminales nazis en Ludwigsburg, cerca de la ciudad alemana de Stuttgart, dijo que es verdad que el tiempo se acaba, considerando la edad de la gente, pero señaló que hay jerarcas más viejos que Kunz que aguardan su proceso judicial.
Por supuesto, es verdad que nosotros estamos aproximándonos al final de nuestra actividad en los próximos años", afirmó Hill, citado esta semana por el diario The New York Times.
Kunz estaba acusado indirectamente de ser responsable de la muerte de 430.000 judíos que pasaron por el campo polaco de Belzec -y personalmente de matar a por lo menos diez personas-, entre enero de 1942 y julio de 1943, pero murió tranquilamente en su casa antes de ser juzgado.
En abril pasado fue identificado mientras se buscaba una supuesta conexión con el proceso contra el ucraniano John Demjanjuk, de 90 años -que también trabajo en Belzec-, juzgado en Munich desde fines de 2009 por su responsabilidad en la muerte de 30.000 judíos.
Kunz figuraba tercero en una lista en la que también aparecen los nombres de Alois Brunner (no se sabe si vive), mano derecha de Adolf Eichmann (envió a las cámaras de gas a 140.000 judíos) y el secretario privado de Adolfo Hitler, Martin Bormann, quien para el Centro Wiesenthal murió en Alemania.
Cuando se le preguntó por qué un criminal como Kunz sobrevivió a la posguerra, Widder señaló que en Alemania no hubo una política de ir por la gente que estaba en segunda o tercera línea.
Recién en los últimos años se puso un marcha un programa del Centro Wiesenthal, que lidera Efraín Zuroff en Jerusalén -el principal experto-, quien emprendió la campaña para que Kunz fuera llevado a juicio, afirmó.
Sin embargo queda aún un número indeterminado de gente con responsabilidad en crímenes, como el caso del colaboracionista holandés Klass Carel Faber, de 88 años.
Faber, quien logró la ciudadanía alemana por sus servicios a las Waffen-SS, división de elite nazi, fue sentenciado de por vida por sus crímenes de guerra.
Holanda pidió la extradición de Faber, a quien se acusa del asesinato de por lo menos 22 judíos entre 1939 y 1945, pero Alemania se negó durante décadas a extraditarlo por su condición de ciudadano de ese país.
Los fiscales holandeses están tratando de utilizar el llamado sistema de orden de detención europea, medida adoptada para hacer frente a las amenazas de terrorismo.
Gracias al trabajo de los cazadores de nazis fueron capturados, en Argentina, Adolf Eichmann en 1960 -juzgado y ahorcado en Israel- y Erich Priebke, condenado a cadena perpetua por un tribunal italiano por la masacre de 330 personas en las Fosas Ardeatinas en 1944.
También fue arrestado en el país Josef Schwammberger, miembro de la unidad de protección de la era nazi, quien fue extraditado a Alemania en 1987 donde murió en 2004. Todos se refugiaron en Argentina siguiendo la llamada Ruta de las ratas.
El cazador Wiesenthal, fallecido a los 96 años en 2005, llevó ante la justicia a más de 1100 criminales del nazismo, pero sin embargo no pudo capturar a Josef Mengele -que huyó a Italia, Argentina y Paraguay-, debido a que el médico de Auschwitz murió ahogado en Brasil en 1979.
En una oportunidad, Wiesenthal afirmó: No estoy motivado por un sentimiento de venganza. Tal vez fue por un corto tiempo al principio() Nosotros no debemos olvidar. Si nosotros olvidamos, la misma situación puede volver a suceder otra vez, en 20, 50 ó 100 años.