Un año después de su fallecimiento los diarios escritos por el cineasta Luis García Berlanga durante su estancia en el frente ruso en la División Azul, con sólo 20 años, son dados a conocer.
Berlanga, en primer plano (con bigote) en una imagen del frente ruso
Muestran a un fascinante Berlanga poeta, al chaval que se va a Rusia el 14 de julio de 1941 por dos razones: intentar que condonen la pena de muerte impuesta a su padre, diputado republicano del partido de Alejandro Lerroux, y hacer méritos delante de una chica, Rosario Mendoza.
Hay también mucha escritura de creación; el famoso Soneto a una pistola, el único poema publicado en vida de Berlanga; textos sobre los hermanos Marx, Josef von Sternberg o Paul Valéry; una escaleta para un posible guion; bastantes hai-kais, que es como se denominaban en esa época a los haikus; greguerías; fragmentos de una alocución; un texto que sería la base de su corto El circo; dibujos y más dibujos con autorretratos e incluso un perfil de Rosario Mendoza...
Destaca especialmente en los diarios un artículo laudatorio de José Antonio Primo de Rivera. "Es lógico. Tenía 20 años y su mejor amigo era José Luis Colina, falangista antifranquista, que le mete en vena esa visión romántica de Primo de Rivera", explica Losada. A la vuelta de la guerra, Colina se convertiría en su coguionista.

Hay también mucha escritura de creación; el famoso Soneto a una pistola, el único poema publicado en vida de Berlanga; textos sobre los hermanos Marx, Josef von Sternberg o Paul Valéry; una escaleta para un posible guion; bastantes hai-kais, que es como se denominaban en esa época a los haikus; greguerías; fragmentos de una alocución; un texto que sería la base de su corto El circo; dibujos y más dibujos con autorretratos e incluso un perfil de Rosario Mendoza...
Destaca especialmente en los diarios un artículo laudatorio de José Antonio Primo de Rivera. "Es lógico. Tenía 20 años y su mejor amigo era José Luis Colina, falangista antifranquista, que le mete en vena esa visión romántica de Primo de Rivera", explica Losada. A la vuelta de la guerra, Colina se convertiría en su coguionista.
Artículo completo en El País