
Jennifer Teege y su abuelo Amon Leopold Goeth
Nacido en Viena en 1908 y ahorcado en 1946 en el mismo campo, no tuvo la oportunidad de ver cómo a pesar de su incansable lucha a favor de la raza blanca, su propia familia hubiera sido la responsable de que enloqueciera de ira si hubiera recibido la noticia de que tenía una nieta negra.
Jennifer Teege es la nieta de Goeth y por sus venas corre sangre alemana y nigeriana y su historia no parece real sino sacada del guión de una película. "Mucha gente cree que mi historia es ficción", asegura la mujer.
Ahora tiene 40 años pero solo hace poco se enteró que en su genealogía había un nazi, jamás se imaginó que Goeth, uno de los personajes principales de la película "La Lista de Schindler",de Steven Spielberg, era su abuelo.
Jennifer creció en una familia adoptiva en Alemania, pero su padre biológico es nigeriano y su madre alemana, la historia se torna más difícil de creer porque terminó estudiando en Israel, junto a cientos de judíos sobrevivientes del genocidio.
A pesar de que hablaba en alemán, el color de su piel descartó de tajo cualquier discriminación por parte de los judíos, quienes debido a su tez oscura nunca pensaron que tuviera algún vínculo con los nazis que tanto daño les hicieron.
Vínculo encontrado
Al principio su madre biológica y su abuela la visitaban, pero de un momento a otro perdieron contacto. Solo hasta hace dos años Teege encontró los cabos sueltos en su historia familiar, a los 38 años halló por accidente un libro donde reconoció a su madre en la portada, el libro contaba la historia de Amon Goeth y su hija Monika, la madre biológica.
Ese libro fue el inicio de otro, el que escribe Jennifer con la ayuda de una periodista, y que lleva el título de "Amon: mi abuelo me hubiera disparado". El texto está basado en la vida personal de Jennifer y su continua búsqueda de identidad, además de cuestionar el silencio que guardaron los alemanes después del III Reich.
Reviviendo el pasado
"Es muy fácil desligarte de Goeth, quien es un símbolo del demonio y decir yo soy diferente", indica. "pero hay matices, una persona no es totalmente buena ni mala", aunque no justifica los actos de mi abuelo, para ella es importante no encasillarlo en un relato de odio exacerbado.
En la investigación previa a la escritura de su libro, revisó las fotos de su abuela, en las que aparecía junto a su marido, viajó a Cracovia, conversó con testigos y supervivientes, leyó toda la literatura que pudo acerca del Holocausto y conversó con infinidad de psicólogos.
"Todo esto lo hice porque mucha gente piensa que si hablas de las cosas, éstas no tienen impacto en tí, en mi caso, el silencio tuvo un pero impacto".
Toda su vida Teege sufrió depresiones, pero ahora segura sentirse muy bien, "saber tu origen es vital para hallar tu identidad".
Hasta el momento la labor está hecha a medias, pues ahondó sobre su familia alemana y está segura que su abuelo le hubiera disparado por no ser blanca, pero aún le falta viajar a Nigeria, el país de su padre biológico, para encontrar la otra mitad de su identidad.