HISTORIA DE LOS SUMERGIBLES (332 A.C - 1945)
Desde el principio de los tiempos la inquietud del ser humano por conocer toda la geografía del planeta lo ha llevado a investigar y moverse por áreas de la tierra de difícil acceso, y las ¾ partes del planeta no iban a quedar inexploradas. Los submarinos son embarcaciones desconocidas para la gran mayoría de la gente, si pensamos que son muchos los que se preguntan el motivo por el que grandes barcos de metal flotan, no hablemos ya de cómo un submarino de gran tonelaje puede salir a flote.

- TODO EMPIEZA CON LA FLOTABILIDAD
- EL HOMBRE BAJO EL MAR EN LA ANTIGÜEDAD
- PERSONAJES DESTACABLES
C1. Leonardo da Vinci
C2. William Bourne
C3. Cornelio Van Drebbel
C4. Marín Mersenne
C5. Rotterdam Boat
C6. Giovanni Borelli
C7. Denis Papin
C8. Nathaniel Symons
C9. J. Day
C10. David Bushnell
C11. Robert Fulton
C12. Narcis Monturiol Estarriol
C13. Wilhelm Bauer
C14. Lodner D. Phillips
C15. Brutus de Villeroi
C16. Horace L. Hunley
C17. Francis D. Lee
C18. Oliver S. Halstead
C19. Charles Burn y Simon Bourgeois
C20. Julio Verne
C21. John Philip Holland
C22. George W. Garrett
C23. Thorsten Nordenfelt
C24. Isaac Peral y Caballero - DESARROLLO DEFINITIVO
D1. 1810 - 1850
D2. 1850 - 1875
D3. 1875 - 1900 - NACIMIENTO DEL SUBMARINO MODERNO
E1. John Philip Holland
E2. Simon Lake - EL SIGLO XX
F1. Desde principios de Siglo hasta el final de la Primera Guerra Mundial
F2. Periodo de Entre-Guerra
F3. La Segunda Guerra Mundial - FUENTES
A. TODO EMPIEZA CON LA FLOTABILIDAD
Todos los barcos, así como los submarinos en superficie, están en situación de flotación positiva, pesando menos que el volumen equivalente de agua (de acuerdo con el Principio de Arquímedes). Para sumergirse hidrostáticamente (sin ayuda mecánica), un buque debe ganar flotación negativa, bien incrementando su propio peso o decrementando el desplazamiento de agua (volumen). Para controlar su peso, los submarinos están equipados con tanques de lastre, que pueden llenarse con agua tomada del exterior o aire a presión.

Para sumergirse o emerger, los submarinos usan los tanques de proa y popa, llamados tanques principales, que se abren y se llenan completamente de agua para sumergirse o se llenan de aire a presión para emerger. Durante la inmersión, los tanques principales suelen permanecer inundados, lo que simplifica su diseño, por lo que en muchos submarinos estos tanques son simplemente una sección del espacio entre los cascos. Para un control manual más rápido y preciso de la profundidad, los submarinos disponen de unos tanques de control de profundidad más pequeños, capaces de soportar presiones más altas. La cantidad de agua en estos tanques puede controlarse tanto para responder a cambios en las condiciones exteriores como para cambiar la profundidad de inmersión. Dichos tanques pueden situarse cerca del centro de gravedad del submarino, o distribuirse por el buque para evitar afectar a la escora.
B. EL HOMBRE BAJO EL MAR EN LA ANTIGÜEDAD[
El interés del hombre en penetrar las profundidades de los mares se remonta a muy atrás, en el tiempo. Las primeras referencias que se tienen son los batiscafos o escafandras ensayados por Alejandro Magno, en el siglo III antes de Cristo, utilizados en la Batalla de Tiro (332 A.C.). Otras referencias del hombre bajo el mar en la antigüedad las encontramos en las historias del griego Herodoto, en escritos del año 460 A.C., donde nos habla de un famoso buzo griego llamado Scyllis y de su hija Cyana, empleados por el Rey Jerjes para la recuperación de tesoros en un buque persa hundido. Habiendo terminado su trabajo, Jerjes los retuvo, pero el griego y su hija, durante una tormenta, se lanzaron por la borda y bucearon sembrando el desconcierto en la flota fondeada al cortar sus amarras y quedar los buques a la deriva. Mientras tanto, los dos fugitivos escaparon nadando hasta Artemisus, a nueve millas de distancia, mientras la flota se estrellaba contra los arrecifes. Por su parte Tucídides (años 460-400 a. de C.) narra la actuación de los buceadores de combate atenienses en el sitio de Siracusa, cuya intervención caracterizó la guerra del Peloponeso.

Más adelante, en las Guerras Púnicas (264-146 A.C.), ya se dispone de rudimentarios equipos de buceo, que permiten pasar por debajo de las naves, barrenarlas y hundirlas. Hubo después un periodo de profunda inactividad, o al menos en lo que se refiere a documentación que atestigüe una continuidad en la evolución de este tipo de artilugios. Sin embargo, todas estas primeras inmersiones de la antigüedad no dejan de ser los primeros escarceos del hombre bajo el mar, pero como simple buceador, en ningún caso encontramos referencias de vehículos submarinos. Para ello deberían pasar más de 1500 años, cuando tras la Edad Media, parece que finaliza esta etapa en la que el hombre vive de espaldas al mundo submarino, y ya en el siglo XVI, aparecen las siguientes referencias al respecto.
C. PERSONAJES DESTACABLES
C1. Leonardo da VinciLa mayoría de los inventos de Leonardo Da Vinci no fueron llevados a la práctica por considerar que superaban las posibilidades de la técnica de la época, a pesar de que Leonardo estudió la mayoría de sus proyectos cuidando los detalles y resolviendo las dificultades de la construcción. Este gran inventor adelantado a su tiempo estaba fascinado con el mundo marino, y como en otras áreas de la tecnología realizó muchos diseños encaminados a la exploración acuática. Su famoso traje de buceo, estaba hecho de cuero, se conectaba a una manga de aire fabricada con cañas y a una campana que flotaba en la superficie.

Una prueba de que el artista era además un hombre práctico se aprecia al ver que el traje incluía una pequeña bolsa para que el submarinista pudiera orinar en ella. Estos últimos avances en el campo del buceo y unos primeros bocetos de naves sumergibles hacen que Leonardo despierte la inquietud por el mundo subacuático y a finales del S.XVI aparecerán las primeras embarcaciones sumergibles.
C2. William Bourne
Tenemos que remontarnos a 1578 para encontrar la primera teoría sobre los submarinos, que vino de la pluma de William Bourne, mesonero inglés aficionado a temas científicos. Lo que hizo Bourne es aplicar la descripción válida de porqué una nave flota (desplazando su peso de agua), para así describir el mecanismo por el cual un barco podía estar debajo del agua: "Es posible hacer una nave o un bote que pueda moverse debajo del agua, y subir otra vez cuando lo desee. Si la magnitud del cuerpo que está en el agua… que tiene siempre un único peso, puede hacerse más grande o más pequeña, podremos hundirnos y salir a flote cuando queramos..."
Es decir disminuyendo el volumen para hacer el barco más pesado que el peso del agua que desplaza, se hundirá y generando un aumento de volumen provocaremos el efecto contrario. Bourne escribió acerca de juntas herméticas de cuero, y de un mecanismo de rosca para controlar el “volumen-cambiante” tanto hacia dentro, como hacia fuera. Bourne describió un principio de funcionamiento para la inmersión de embarcaciones, no estaba planificando todos los movimientos de un submarino, y no ofreció ninguna ilustración.
Algunos años más adelante, este dibujo pretendió clarificar la teoría de Bourne: cojines de cuero envueltos que se pueden atornillar hacia la línea central para crear un compartimiento inundado, y desatornillar hacia fuera para expeler el agua y sellar la abertura. Sin embargo, Bourne escribió acerca de estructuras de extensión y de compresión, sin inundar compartimentos. Los submarinos construidos en Inglaterra en 1729 y Francia en 1863 sí se construyeron según su idea.
Es decir disminuyendo el volumen para hacer el barco más pesado que el peso del agua que desplaza, se hundirá y generando un aumento de volumen provocaremos el efecto contrario. Bourne escribió acerca de juntas herméticas de cuero, y de un mecanismo de rosca para controlar el “volumen-cambiante” tanto hacia dentro, como hacia fuera. Bourne describió un principio de funcionamiento para la inmersión de embarcaciones, no estaba planificando todos los movimientos de un submarino, y no ofreció ninguna ilustración.
Algunos años más adelante, este dibujo pretendió clarificar la teoría de Bourne: cojines de cuero envueltos que se pueden atornillar hacia la línea central para crear un compartimiento inundado, y desatornillar hacia fuera para expeler el agua y sellar la abertura. Sin embargo, Bourne escribió acerca de estructuras de extensión y de compresión, sin inundar compartimentos. Los submarinos construidos en Inglaterra en 1729 y Francia en 1863 sí se construyeron según su idea.
C3. Cornelio Van Drebbel
En 1620, Cornelio Van Drebbel (1572-1633), un inventor holandés que trabajaba en Inglaterra (inventor del termómetro), construyó un submarino de armazón de madera forrado con piel de cabra engrasada. Era el primer proyecto “serio” de construcción de submarinos y fue el primer submarino tripulado de la historia, que además estaba basado en los bocetos de Da Vinci. Se accionaba con remos cuyo paso a través del casco se estancaba con manguitos de cuero. Se sumergió a unos 15 pies (4,5 metros) bajo la superficie del Támesis en un emocionante viaje en el que iba el rey James I de Inglaterra. Los informes acerca del viaje de tan ilustre personaje hacen que esta historia tenga mayor credibilidad. Según dichos informes, el rey Jacobo I fue un pasajero ansioso. El sistema de Drebbel para renovar el aire en la nave sumergida (basado en productos químicos), permitía que permaneciera bajo el agua hasta 15 horas.

No hay ilustraciones creíbles del barco de Drebbel, y ninguna explicación fidedigna de cómo trabajó. La mejor conjetura: el barco fue diseñado para tener flotabilidad casi neutra, flotando apenas inundado. El barco sería conducido bajo superficie a una velocidad media de 3 nudos por impulso en proa, bajo la acción de la tripulación de 12 remeros… más o menos igual que la mayoría de los submarinos modernos. Cuando los remeros parasen, el barco se levantaría lentamente.
C4. Marín Mersenne

El sacerdote francés Marín Mersenne, tras escribir La Vérité des sciences (La verdad de las ciencias) en 1624, y destacar ampliamente como matemático y filósofo, en 1634 defendió la teoría de que un submarino debe hacerse de cobre y con forma de cilindro, a fin de mejorar la presión bajo el agua. Los extremos deben afinarse para aerodinamizar la embarcación y permitir invertir curso sin tener que dar vuelta completa. Sus conocimientos matemáticos permitieron realizar unos primeros cálculos de la presión que debe soportar: por cada pie de profundidad la presión de agua aumenta media libra por pulgada cuadrada.
C5. Rótterdam Boat

En 1653 un francés de apellido De Son diseñó un submarino de 21,95 metros de largo (72 pies), conocido como “Rótterdam Boat”, fue construido en Bélgica con el propósito de atacar a los buques de la Royal Navy (Probablemente el primer submarino construido específicamente con fines bélicos). Esta nave semi-sumergible se suponía que pasaría inadvertida a los buques enemigos. El diseñador presumía de su capacidad para cruzar el canal y volver en un día y que podría hundir numerosos buques en el Canal de la Mancha. Se propulsaba manualmente mediante una rueda de paletas central, que luego se modificó por un aparato de relojería. Pero a pesar de todos los esfuerzos, al ser botado fue imposible lograr que se sumergiera, así que todo este proyecto finalmente no dio los frutos esperados.
C6. Giovanni Borelli
No hay evidencia que el italiano Giovanni Borelli construyera nunca un submarino, pero su ilustración aparece en libros y documentos como si fuera un barco real, ligado a veces erróneamente a los trabajos de Drebbel o Symons. Borelli entendía el principio básico del volumen contra el peso y de su mano surgió una nueva idea sobre el mecanismo de inmersión, que recurrió al aumento o la disminución del peso para la maniobra.

Su diseño consistía en tomar agua del fondo de la nave con la que llenaría unas bolsas de cuero, consiguiendo así una flotabilidad negativa. Posteriormente, recurriendo a unas presillas, ejercería presión sobre las bolsas para expeler el agua y así recuperar la flotabilidad. Su diseño no pasó del papel, pero esta idea con posteriores modificaciones, constituye la base de lo que hoy conocemos como tanques de lastre y se utiliza en todos los submarinos actuales.
C7. Denis PapinEn 1696 Denis Papin, un profesor de matemáticas, sí construyó dos submarinos. Utilizó una bomba de su invención para lograr el balance de la presión interna con la externa del agua sobre el casco. Se propulsaban con hélices manuales en la superficie y con remos estando sumergido. Papin ofreció el "cierto agujeros" con los que el operador pudiese "tocar las embarcaciones enemigas y hundirlas de distintas maneras”.

Papin probó su primer barco, pero su patrón perdió interés y el segundo barco nunca fue acabado, ni siquiera los planos. Papin fue también el inventor de la olla de presión. Un grabador pudo haber confundido los planos inacabados del segundo submarino con los de la bomba de presión.
C8. Nathaniel Symons
En 1729 el carpintero inglés Nathaniel Symons creó un barco de hundimiento por extensión y contratación con capacidad para una persona, pero sin medios de locomoción, ya que lo concibió como un entretenimiento para el público. Frente a una muchedumbre de espectadores, selló las dos partes de su casco telescópico, y el submarino pasó cuarenta y cinco minutos bajo el agua, tras los que comenzó la maniobra de ampliación del casco y se levantó a la superficie. Tras la demostración pasó el sombrero y sólo un hombre le dio una moneda.
C9. J. Day
En 1773 el fabricante inglés de vagones J. Day, construyó un pequeño submarino con las piedras desmontables como lastre, colgadas alrededor del exterior mediante anillos que podían ser maniobrados desde el interior. Este sistema funcionó perfectamente en entornos de aguas bajas, como rías, puertos, etc. y animado por un jugador profesional, construyó un barco más grande, creando expectación y generando apuestas por ver cuanto tiempo podría estar bajo el agua en unas aguas más profundas. Rodeado por las embarcaciones de los apostantes, se colgaron algunas piedras; el barco se inundó, pero no se hundió. Se colgaron más piedras y el barco se hundió como una roca, se hundieron mucho antes de que pudiese liberarse el lastre y la tripulación con Day a bordo iniciaron una larga lista de muertes que se sacrificaron por hacer realidad el submarino.
C10. David Bushnell
En 1775 el graduado en Yale, David Bushnell, construyó el primer submarino realmente concebido para atacar un buque de guerra enemigo. La embarcación denominada "Turtle", porque se asemejó a una tortuga de mar que flotaba verticalmente en el agua. Consistía en un submarino monoplaza manejado con pedales con casco de madera forrado de planchas de cobre que formaban dos casquetes en forma de concha de tortuga. Era el primer submarino provisto de hélices, una vertical para cambiar de profundidad y otra horizontal para avanzar o retroceder. Fue puesta en funcionamiento por el Sargento Ezra Lee para la lucha contra la flota inglesa en la guerra de la independencia de los Estados Unidos.

El esquema de funcionamiento era simple, había que remolcar el submarino hasta las cercanías del objetivo, y una vez allí seguir las siguientes maniobras:
En oscuridad de la madrugada del 7 de septiembre de 1776, el "Turtle" realizó un ataque contra una nave británica en el puerto de Nueva York, probablemente el HMS Eagle. Desgraciadamente para los intereses del ataque, el taladro pudo haber golpeado una correa de hierro y no penetraría el casco (contrario a la mayoría de los informes, que indican que el Eagle de 1776 no tenía una parte inferior de cobre). Lee se desorientó, salió a la superficie y fue localizado por un puesto de observación, aunque consiguió alejarse del peligro.
- Abrir una válvula de mando por pedal para dejar entrar bastante agua y hundirse, cerrar la válvula.
- Moverse bajo el agua hasta estar bajo el enemigo poniendo en marcha los dos propulsores de movimiento horizontal y vertical, accionados por pedal como en una bicicleta.
- Perforar en el casco para atar un barrilete de 150 libras de pólvora con un detonador mediante temporizador.
- Alejarse y accionar una bomba de pie para sacar el agua del casco y volver así a la superficie.
En oscuridad de la madrugada del 7 de septiembre de 1776, el "Turtle" realizó un ataque contra una nave británica en el puerto de Nueva York, probablemente el HMS Eagle. Desgraciadamente para los intereses del ataque, el taladro pudo haber golpeado una correa de hierro y no penetraría el casco (contrario a la mayoría de los informes, que indican que el Eagle de 1776 no tenía una parte inferior de cobre). Lee se desorientó, salió a la superficie y fue localizado por un puesto de observación, aunque consiguió alejarse del peligro.

La mayor parte de expertos en temas de submarinos consideran a Bushnell el creador del submarino, ya que el “Turtle” fue el primero usado con éxito en una acción bélica. Sin embargo otras teorías indican que el sistema de propulsión de hélices no se inventó hasta 1785, por lo que la “Turtle” debía moverse a remos, sistema con el que la maniobra de evasión relatada por Lee hubiese sido imposible. Lo cierto es que la “Turtle” originalmente era de remos, pero ya en 1776 Bushnell le instaló los conocidos “Tornillos de Arquímedes” (propuestos por Bernoulli como motores de navío unos años antes), consiguiendo el primer submarino operativo de la historia.
C11. Robert Fulton
El artista marginal americano nacido en Pensilvania, Robert Fulton, viajó a Francia en 1797, donde el marqués Claude de Jouffroy había construido un barco de vapor propulsado mediante ruedas de paletas en 1783. Ahí comenzó a experimentar con torpedos submarinos y torpedos navales. En diciembre de ese mismo año propuso la construcción de un submarino a la marina francesa, pero fue rechazado por considerarlo un medio de combate que rompía con las reglas establecidas. Napoleón Bonaparte, en su periodo de Primer cónsul, estaba obsesionado por el poderío naval de Inglaterra y por la presencia de la flota inglesa en el Canal de la Mancha, le ofreció a Fulton los medios necesarios para la construcción de un submarino para ser utilizado contra las fuerzas británicas.

Construyó e hizo funcionar la máquina con financiación y riesgo propios, y contaba con el pago posterior por cada nave británica destruida. Y así fue como diseñó su primer submarino de hélice, denominado el Nautilus, submarino de 6,5 metros de eslora que fue terminado en 1801. El Sr. Fulton predijo algo así: "Algunos navíos de guerra serán destruidos por unos medios tan novedosos, ocultos y de alcance incalculable, de forma que la confianza de los marineros desaparecerá y la flota será inútil desde el primer momento de pánico." Así pues, después de prolongados retrasos y varios cambios en el gobierno, Fulton construyó el "Nautilus". Fue probado en el Sena y realizó una serie de inmersiones con éxito, consiguiendo alcanzar profundidades de 25 pies durante seis horas (con ventilación proporcionada por un tubo hasta la superficie).
El Nautilus era esencialmente un versión alargada del “Turtle”, tenía forma elíptica y casco de madera, disponía de un propulsor de hélices para uso subacuático, y mástil y vela con sistema de varillas para su uso en superficie. En los ensayos, el Nautilus alcanzó una velocidad subacuática máxima de cuatro nudos. Tenía unas prestaciones hidrodinámicas superiores a las del “Turtle” y llevaba bombonas de aire de reserva para respirar en inmersión hasta un total de 5 horas. El armamento consistía en un torpedo remolcado que se enganchaba a la quilla del navío enemigo mediante un cáncamo, por el que se deslizaba la driza del torpedo, que se hacía estallar donde más duele.
El Nautilus era esencialmente un versión alargada del “Turtle”, tenía forma elíptica y casco de madera, disponía de un propulsor de hélices para uso subacuático, y mástil y vela con sistema de varillas para su uso en superficie. En los ensayos, el Nautilus alcanzó una velocidad subacuática máxima de cuatro nudos. Tenía unas prestaciones hidrodinámicas superiores a las del “Turtle” y llevaba bombonas de aire de reserva para respirar en inmersión hasta un total de 5 horas. El armamento consistía en un torpedo remolcado que se enganchaba a la quilla del navío enemigo mediante un cáncamo, por el que se deslizaba la driza del torpedo, que se hacía estallar donde más duele.

Fulton (ya con rango de subalmirante) hizo varias tentativas de atacar las naves inglesas, sin demasiado éxito, ya que los ingleses lo veían venir y lo esquivaban. Las recompensas prometidas por Napoleón por hundir algún navío inglés no bastaron para que se obtuviesen los resultados esperados. Fulton no pudo convencer a Napoleón para continuar sus experiencias cuando la marina francesa rechazo el invento por considerarlo una forma poco honorable de hacer la guerra. Las relaciones con el gobierno francés se deterioraron y en 1804 termino el apoyo gubernamental, y Fulton rompió el Nautilus vendiendo el metal como chatarra. Él propuso una versión mejorada, pero la mayoría de informes indican que nunca fue construido. Este malogrado “Nautilus”, fue inmortalizado por Julio Verne en su novela 1870, "20.000 leguas de viaje submarino” y su nombre fue utilizado por varios barcos de la US Navy, incluido el primer submarino nuclear, el USS Nautilus de 1954.
Después del fracaso en Francia, Fulton ofreció el “Nautilus” a Inglaterra, pero el primer ministro Pitt demostró poco interés y el almirantazgo británico también rechazo el proyecto por estimar que el submarino representaba una forma de guerra cuyo éxito podría acabar con el poderío naval inglés. Irónicamente ninguna de las grandes potencias deseaba que se construyese un arma tan destructiva. Fulton intentó beneficiarse de la marina británica pidiendo cien mil libras por cesar el trabajo en los desarrollos de submarinos durante 14 años, pero el gobierno británico no cedió a la extorsión. Rechazaron a Fulton que tuvo que volver a América con las manos vacías en 1806. En América se dedicó al diseño de buques de vapor y usó una pequeña ayuda del gobierno estadounidense para diseñar un gran submarino llamado MUTE, accionado por un motor de vapor y con una tripulación de 100 marineros. Fulton murió en 1815 y se abandonó el trabajo en el MUTE, un submarino adelantado a su tiempo en unos 50 años, que acabaría desecho y hundido.
Después del fracaso en Francia, Fulton ofreció el “Nautilus” a Inglaterra, pero el primer ministro Pitt demostró poco interés y el almirantazgo británico también rechazo el proyecto por estimar que el submarino representaba una forma de guerra cuyo éxito podría acabar con el poderío naval inglés. Irónicamente ninguna de las grandes potencias deseaba que se construyese un arma tan destructiva. Fulton intentó beneficiarse de la marina británica pidiendo cien mil libras por cesar el trabajo en los desarrollos de submarinos durante 14 años, pero el gobierno británico no cedió a la extorsión. Rechazaron a Fulton que tuvo que volver a América con las manos vacías en 1806. En América se dedicó al diseño de buques de vapor y usó una pequeña ayuda del gobierno estadounidense para diseñar un gran submarino llamado MUTE, accionado por un motor de vapor y con una tripulación de 100 marineros. Fulton murió en 1815 y se abandonó el trabajo en el MUTE, un submarino adelantado a su tiempo en unos 50 años, que acabaría desecho y hundido.
C12. Narcis Monturiol Estarriol
Hijo de un fabricante de botas se licenció en derecho en 1845 pero nunca llegó a ejercer su carrera. En 1858, una vez conseguidos los primeros fondos, presentó su proyecto en un opúsculo titulado El Ictíneo o Barco-Pez. Su primer submarino, el Ictíneo I, fue botado en el Puerto de Barcelona el 28 de junio de 1859, y tras una serie de inmersiones en privado, hizo su presentación pública el 23 de septiembre. Ante accionistas, prensa y público en general logró hacer navegar el barco completamente sumergido durante 2 horas y 20 minutos a una profundidad de 20 m, y hacerlo volver a la superficie.

Las pruebas oficiales se llevarían a cabo en el Puerto de Alicante el 7 de marzo de 1861, con presencia de autoridades de la Marina; el gobierno de Isabel II nombró a varias comisiones de estudio con vistas a ofrecer una ayuda al proyecto que nunca llegó, a pesar del entusiasmo popular y el apoyo de las Sociedades Económicas de Amigos del País.
Como consecuencia, Monturiol escribió una carta a la ciudadanía, animando a una suscripción nacional, con la que consiguió 300.000 pesetas de los ciudadanos españoles. Con el capital obtenido, se constituyó la empresa La Navegación Submarina con el proyecto de desarrollar el Ictíneo II.
El Ictíneo II atrajo un cierto interés de las altas instancias militares. Este nuevo submarino, que estaba dotado de un sistema de propulsión anaeróbica, fue botado en el puerto de Barcelona el 2 de octubre de 1864. A pesar de estos éxitos, en 1867 su compañía quebró y, ante la falta de apoyo, Monturiol decidió desmantelar el submarino y abandonar el proyecto. Quedan, sin embargo, los escritos editados durante su desarrollo, y su póstumo Ensayo sobre el arte de navegar por debajo del agua.
Como consecuencia, Monturiol escribió una carta a la ciudadanía, animando a una suscripción nacional, con la que consiguió 300.000 pesetas de los ciudadanos españoles. Con el capital obtenido, se constituyó la empresa La Navegación Submarina con el proyecto de desarrollar el Ictíneo II.
El Ictíneo II atrajo un cierto interés de las altas instancias militares. Este nuevo submarino, que estaba dotado de un sistema de propulsión anaeróbica, fue botado en el puerto de Barcelona el 2 de octubre de 1864. A pesar de estos éxitos, en 1867 su compañía quebró y, ante la falta de apoyo, Monturiol decidió desmantelar el submarino y abandonar el proyecto. Quedan, sin embargo, los escritos editados durante su desarrollo, y su póstumo Ensayo sobre el arte de navegar por debajo del agua.
C13. Wilhelm Bauer
Estando el puerto alemán de Kiel sitiado por la flota danesa, un militar de origen prusiano llamado Wilhelm Bauer convenció a un constructor naval para construir un submarino antibloqueo diseñado por él mismo, que denominó "Brandtaucher" (Buzo Incendiario). El barco fue hecho de planchas de hierro cosidas de forma que el resultado se asemeja a una pequeña ballena. La propulsión se obtenía mediante la acción de dos personas sobre una rueda que a su vez accionaba una hélice exterior.
Un tercer tripulante manejaba la dirección. La flotabilidad se controlaba por tanques de lastre, y el equilibrio (y por tanto la dirección vertical) se ajustaba moviendo un peso que podía desplazarse a lo largo de una barra de hierro. Su primera aparición en la escena de Kiel, el Brandtaucher forzó a los barcos daneses a retirarse a altamar. Sin embargo una inmersión posterior (quizás con maniobra demasiado brusca), hizo que los pesos se deslizasen demasiado rápido, provocando el veloz hundimiento del submarino que se clavó en el fondo del mar a unos 60 pies de profundidad.
La presión de agua era demasiado fuerte para permitir a Bauer y sus dos compañeros abrir la portilla, por lo que los tripulantes tuvieron que esperar a que el agua que se filtraba a través del casco llenase el interior y la presión se igualase con el exterior. Después de seis horas inimaginables en una oscuridad claustrofóbica abrieron la portilla y pudieron salir a superficie sanos y salvos. La embarcación permaneció en las profundidades hasta que pudo ser recuperada en 1887 y en la actualidad está en el museo de historia militar de Dresden.
Un tercer tripulante manejaba la dirección. La flotabilidad se controlaba por tanques de lastre, y el equilibrio (y por tanto la dirección vertical) se ajustaba moviendo un peso que podía desplazarse a lo largo de una barra de hierro. Su primera aparición en la escena de Kiel, el Brandtaucher forzó a los barcos daneses a retirarse a altamar. Sin embargo una inmersión posterior (quizás con maniobra demasiado brusca), hizo que los pesos se deslizasen demasiado rápido, provocando el veloz hundimiento del submarino que se clavó en el fondo del mar a unos 60 pies de profundidad.
La presión de agua era demasiado fuerte para permitir a Bauer y sus dos compañeros abrir la portilla, por lo que los tripulantes tuvieron que esperar a que el agua que se filtraba a través del casco llenase el interior y la presión se igualase con el exterior. Después de seis horas inimaginables en una oscuridad claustrofóbica abrieron la portilla y pudieron salir a superficie sanos y salvos. La embarcación permaneció en las profundidades hasta que pudo ser recuperada en 1887 y en la actualidad está en el museo de historia militar de Dresden.

Tras este desastre la marina germana dejó de confiar en Bauer, por lo que se fue a Inglaterra a intentar vender sus ideas. Tras provocar varias muertes con sus experimentos, en 1856 construyó un submarino de 52 pies para la Armada Imperial Rusa, que bautizó como “Diablo Marino” (Sea Devil), que realizó 134 inmersiones, siendo la más espectacular, la realizada con ocasión de la coronación del Zar Alejandro II. El barco llevó dieciséis hombres bajo el agua, cuatro de los cuales interpretaron el himno nacional bajo el agua, que pudo ser escuchado en superficie gracias a unos amplificadores de cobre.

Sin embargo, a los rusos no les gustó el trato de Bauer y su falta de tacto, y no consideraron el potencial de su submarino. Bauer propuso que los submarinos debían ser accionados por un motor de combustión interna. Invirtió veinticinco años de su carrera en desarrollar submarinos (o al menos haciendo propuestas de nuevos proyectos) para un total de seis naciones: Alemania, Austria, Inglaterra, Estados Unidos, Rusia y Francia. Su origen plebeyo unido a su bajo rango militar era una desventaja, ya que debía enfrentarse a los aristocráticos que dirigieron la mayor parte de las marinas de guerra de esos tiempos. Diseñó submarinos más sofisticados, pero nunca consiguió construirlos, y murió en Baviera en 1875. Se puede decir que en el curso de su vida fue bastante ignorado, incluso por su Alemania natal, sin embargo fue declarado héroe a título póstumo en la era nazi.
C14. Lodner D. Phillips
En 1852 un zapatero de Indiana, Estados Unidos, llamado Lodner D. Phillips, construyó como mínimo dos submarinos. El primero colapsó a una profundidad de 20 pies, sin embargo con el segundo consiguió alcanzar una velocidad bajo el agua de 4 nudos a una profundidad de 100 pies, todo ello movido por una manivela de accionamiento manual. Phillips ofreció su invento a la US Navy, pero la respuesta fue contundente: “Nadie de esta departamento está autorizado a adquirir submarinos, las embarcaciones de la Marina no navegan bajo el agua”.
Durante la Guerra Civil, Phillips volvió a ofrecer sus servicios a la Marina, sin éxito. Con este diseño, Phillips obtuvo en 1852 una patente para fabricar una “Hélice submarina propulsada manualmente”. La innovación: la dirección, así como el movimiento de arriba a abajo, era controlada por un único propulsor operado manualmente.
Durante la Guerra Civil, Phillips volvió a ofrecer sus servicios a la Marina, sin éxito. Con este diseño, Phillips obtuvo en 1852 una patente para fabricar una “Hélice submarina propulsada manualmente”. La innovación: la dirección, así como el movimiento de arriba a abajo, era controlada por un único propulsor operado manualmente.
C15. Brutus de Villeroi
En 1859 un diseñador francés de nombre Brutus de Villeroi construyó un submarino de 33 pies de largo, siendo su objetivo la búsqueda de tesoros sumergidos, y en especial los restos del buque de guerra británico “De Braak”, hundido en 1780 cerca de la boca del río Delaware. De esta embarcación sólo se conoce una inmersión de 3 horas a 20 pies de profundidad. En 1861 Villeroi obtuvo un contrato de la Marina de los Estados Unidos para construir un gran submarino, de 46 pies de largo, que fue bautizado como “Alligator”, propulsado a remos por 16 hombres, que podía transportar y accionar una carga explosiva bajo el casco de una nave enemiga.

El “Alligator” entró en servicio el 13 de junio de 1862, siendo el primer submarino de la Marina de Guerra de los Estados Unidos. Durante pruebas realizadas en el río James, el submarino demostró ser demasiado grande para trabajar en aguas bajas. En 1863 una tormenta lo hundió en un área de Carolina del Sur.
C16. Horace Lawson Hunley
Durante los primeros años de guerra Civil norteamericana, el gobierno confederado autorizó a ciudadanos a operar los buques de guerra armados como “privados”. Un consorcio de New Orleans dirigido por el industrial algodonero Horace L Hunley fue autorizado para operar un submarino de 20 pies de largo bautizado como “Pioneer”. Este diseño de James McClintock llevaba una tripulación de 3 marineros.
En marzo de 1862 realizó una demostración en la que hundió una lancha a remolque con un torpedo flotante remolcado. Al mes siguiente fuerzas navales norteamericanas capturaron Nueva Orleans, por lo que su constructor decidió echarlo a pique. En 1868, una vez recuperado del fondo marino, los restos del submarino fueron vendidos como chatarra.
En marzo de 1862 realizó una demostración en la que hundió una lancha a remolque con un torpedo flotante remolcado. Al mes siguiente fuerzas navales norteamericanas capturaron Nueva Orleans, por lo que su constructor decidió echarlo a pique. En 1868, una vez recuperado del fondo marino, los restos del submarino fueron vendidos como chatarra.

En 1863 la empresa de Horace L. Hunley se traslado a Mobile, Alabama, para construir un segundo submarino, ligeramente mejorado sobre el modelo original, al que llamaron “American Diver”. McClintock invirtió bastante tiempo y dinero intentando sustituir la propulsión manual por algún tipo de motor eléctrico, pero sin éxito. Finalmente este segundo submarino se hundió en la bahía de Mobile, afortunadamente la tripulación se salvó.
Un tercer submarino fue construido ese mismo año, más grande, de 40 pies, para una tripulación de unas 9 personas: 8 para la propulsión y uno para dirigir las maniobras, controlar el nivel del agua en los tanques de lastre y hacer funcionar las bombas para emerger. El Hunley iba armado con una carga de torpedos de 40 kilogramos y detonadores de contacto, éstos arrastrados detrás de él con un cabo de 61 metros. La idea era que el Hunley pasaría bajo un buque de la Unión y después se levantaría otra vez, arrastrando la línea por debajo de la quilla del objetivo, y seguiría adelante hasta que el torpedo hiciese contacto, estallando bajo el barco enemigo.
Podía permanecer subacuático hasta dos horas y las pruebas en la bahía de Mobile demostraron que el Hunley tenía potencial, y los ensayos de ataque demostraron que también podía hacer daño a blancos inesperados, el submarino fue desmontado y enviado a Charleston junto con su creador. Los confederados asumieron los riesgos observados en las pruebas y montaron de nuevo el Hunley. Las intenciones estaban claras, parecía la única forma de romper el bloqueo Federal. El 15 de octubre de 1863 se sumergía de nuevo, y casi inmediatamente se hundió por la marejada producida por el paso de un buque de vapor, varios tripulantes murieron y estuvo a punto de perderse en el fondo del mar.
Un tercer submarino fue construido ese mismo año, más grande, de 40 pies, para una tripulación de unas 9 personas: 8 para la propulsión y uno para dirigir las maniobras, controlar el nivel del agua en los tanques de lastre y hacer funcionar las bombas para emerger. El Hunley iba armado con una carga de torpedos de 40 kilogramos y detonadores de contacto, éstos arrastrados detrás de él con un cabo de 61 metros. La idea era que el Hunley pasaría bajo un buque de la Unión y después se levantaría otra vez, arrastrando la línea por debajo de la quilla del objetivo, y seguiría adelante hasta que el torpedo hiciese contacto, estallando bajo el barco enemigo.
Podía permanecer subacuático hasta dos horas y las pruebas en la bahía de Mobile demostraron que el Hunley tenía potencial, y los ensayos de ataque demostraron que también podía hacer daño a blancos inesperados, el submarino fue desmontado y enviado a Charleston junto con su creador. Los confederados asumieron los riesgos observados en las pruebas y montaron de nuevo el Hunley. Las intenciones estaban claras, parecía la única forma de romper el bloqueo Federal. El 15 de octubre de 1863 se sumergía de nuevo, y casi inmediatamente se hundió por la marejada producida por el paso de un buque de vapor, varios tripulantes murieron y estuvo a punto de perderse en el fondo del mar.

El Comandante General Confederado Beauregard quedó decepcionado por ese fracaso, sin embargo Hunley lo convenció para que le permitiera realizar un nuevo intento, bajo su propia supervisión. El 17 de febrero de 1864, después de meses de entrenamiento, el “CSS H.L Hunley” atacó la corbeta “USS Housatonic”, convirtiéndose éste en el primer buque de guerra hundido por un submarino. El submarino también se hundió y desapareció para siempre con Hunley a bordo. Fue encontrado recientemente, en el año 1995, a más de 1000 yardas de la escena de la acción. En el año 2000 fue recuperado y actualmente se le conserva como pieza de museo.
C17. Francis D. Lee
Este Capitán del Ejercito Confederado diseñó en 1862 un bote sumergido conocido como “David”, con forma de cigarro de 20 pies de eslora y 5 de manga, transportaba un torpedo fijado a un largo mástil que explotaba por contacto. Fue construido por la compañía Southern Torpedo Boat en Charleston (Carolina del Sur), bajo un programa de ayuda a quienes cooperasen al hundimiento de buques de guerra de bloqueo de la Unión. El “David” realmente no podía sumergirse completamente, por lo que se cataloga como una versión primitiva del bote-torpedo que podía moverse muy a ras de superficie
.
Realmente todos estos submarinos no aportaron ninguna técnica nueva, pero son los primeros que actuaron regularmente en una guerra naval. En una de sus primeras acciones el “David” llevó a cuatro tripulantes. Era la primera tentativa de ataque a los botes del bloqueo de la unión, el David fue hundido por un vapor y posteriormente recuperado para que nuevos intentos rebeldes. El David nunca creó serios problemas en los navíos de la Unión, pero la posibilidad de ser atacados por un submarino hizo mella entre sus filas, y el nerviosismo crecía ante cualquier plancha u objeto flotante, sobretodo de noche.
C18. Oliver S. Halstead

En 1863 un grupo de especuladores norteños creó la American Submarine Company, pudiendo así favorecerse de la ley aprobada en el Congreso que autorizaba a empresas privadas a construir este tipo de naves. Sin embargo, el Presidente Lincoln no estuvo de acuerdo y denegó el permiso para la construcción del primer submarino que pretendía esta factoría.
Así, el denominado “Ballena Inteligente” no fue terminado hasta 1866, mucho después del final de la guerra. Su dueño, el Sr. O.S. Halstead hizo varios esfuerzos para venderlo al gobierno, sin embargo debido a los constantes fallos del submarino, la Marina retrasó su aceptación hasta 1872.
Así, el denominado “Ballena Inteligente” no fue terminado hasta 1866, mucho después del final de la guerra. Su dueño, el Sr. O.S. Halstead hizo varios esfuerzos para venderlo al gobierno, sin embargo debido a los constantes fallos del submarino, la Marina retrasó su aceptación hasta 1872.

Halstead fue asesinado y el proyecto del submarino abandonado. El prototipo de la “Ballena Inteligente” actualmente se exhibe en el museo Militar de New Jersey. Cuando todos estos aparatos constituían la última tecnología de un mundo que aún tenía mucho por descubrir en materia de mecánica y construcción naval, no era raro que simples ciudadanos en cualquier lugar del mundo hicieran lo mismo sin más ayuda que su inteligencia y una voluntad de hierro.
C19. Charles Burn y Simon Bourgeois
En 1863 el equipo francés formado por Charles Brun y Simon Bourgeois botaron “Le Plongeur”, una embarcación de 140 pies de eslora (42 metros) y 20 de ancho, con un desplazamiento de más de 400 toneladas, debido sobretodo a su casco de 10 cm de espesor. Con motores de aire comprimido de 180 PSI que se almacena en diversos tanques distribuidos por el submarino, el movimiento se basa en las teorías de Bourne, es decir, gracias a tanques de lastre que permitan alcanzar la flotabilidad neutral, pudiendo funcionar dentro y fuera del casco para generar variaciones de volumen.

Este submarino, sin embargo fue tan inestable, que el simple movimiento de un tripulante podía producir fuertes movimientos giratorios. Además desde el punto de vista militar no era útil, ya que las burbujas de aire del escape de la máquina lo hacían muy visible. La marina francesa lo conservó unos 75 años como aljibe.
C20. Julio Verne
En 1870 el novelista francés Julio Verne acerca los submarinos al gran público con la novela "Veinte mil leguas de viaje submarino". La historia trata de la expedición del profesor Aronnax, un reconocido biólogo marino, acompañado por su ayudante Consejo y el arponero canadiense Ned Land, que serán enviados por el gobierno estadounidense a fin de determinar y eliminar un monstruo marino avistado por barcos de todas las nacionalidades y que incluso ha llegado a dañar seriamente a un buque de línea. Su aventura empieza a bordo de un buque norteamericano de guerra, el Abraham Lincoln, con el que surcan los mares hacia Sudamerica y el Pacífico. Tras una infructuosa búsqueda, descubren al monstruo, y el buque se pone en zafarrancho de combate.
Durante la batalla, el casco del buque es dañado, y los tres protagonistas salen despedidos de la cubierta, encontrándose de repente sobre el lomo de la criatura, descubriendo, para su sorpresa, que se trata de un enorme artefacto de metal. Les capturan de forma inmediata y son conducidos al interior de ese extraño vehículo, donde son recibidos por su enigmático comandante, el Capitán Nemo. Mencionar que Nemo, en latín significa “Nadie”.
El Capitán Nemo le explica a sus “invitados” que el submarino está alimentado por energía eléctrica y perfectamente equipado para la investigación submarina. También cuenta a sus pasajeros que, mientras él aprecia el tener a bordo un experto como Aronnax con quien conversar, indicando que no existe ninguna hostilidad hacia ellos, nunca saldrán del submarino, puesto que teme su traición y den a conocer al Mundo su existencia. Así, mientras que Aronnax disfruta con todo lo que está viendo y prácticamente asume su destino, Land trata por todos los medios de escapar.
Durante la batalla, el casco del buque es dañado, y los tres protagonistas salen despedidos de la cubierta, encontrándose de repente sobre el lomo de la criatura, descubriendo, para su sorpresa, que se trata de un enorme artefacto de metal. Les capturan de forma inmediata y son conducidos al interior de ese extraño vehículo, donde son recibidos por su enigmático comandante, el Capitán Nemo. Mencionar que Nemo, en latín significa “Nadie”.
El Capitán Nemo le explica a sus “invitados” que el submarino está alimentado por energía eléctrica y perfectamente equipado para la investigación submarina. También cuenta a sus pasajeros que, mientras él aprecia el tener a bordo un experto como Aronnax con quien conversar, indicando que no existe ninguna hostilidad hacia ellos, nunca saldrán del submarino, puesto que teme su traición y den a conocer al Mundo su existencia. Así, mientras que Aronnax disfruta con todo lo que está viendo y prácticamente asume su destino, Land trata por todos los medios de escapar.

Las maravillas técnicas del Nautilus fascinan al público general y provoca un crecimiento del interés por este tipo de embarcaciones en una época en la que la innovación en el terreno militar se hace indispensable para superar al enemigo. Prueba de ello es que ese mismo año el submarino construido por el alemán Friedrich Otto Vogel se hundió en las primeras prácticas.
La tarea de investigación de Verne fue impecable, incluso tuvo en cuenta la compresibilidad del agua de mar a distintas profundidades (se suele tomar “cero” como valor por defecto aproximado, pero varía a razón de 0,0000436 cada 32 pies de profundidad).
La tarea de investigación de Verne fue impecable, incluso tuvo en cuenta la compresibilidad del agua de mar a distintas profundidades (se suele tomar “cero” como valor por defecto aproximado, pero varía a razón de 0,0000436 cada 32 pies de profundidad).
C21. John Philip Holland
En 1874 el emigrante irlandés y maestro John Phillip Holland presentó un diseño submarino a la secretaria de la marina de guerra, que pasó el papeleo a un subordinado. Nadie estaba dispuesto a entrar bajo el agua en un artefacto como ese, y aunque la idea parecía interesante, advirtieron a Holland "pasar cualquier proyecto a través de Washington suponía mucho esfuerzo".

Primeros diseños de Holland, 16 pies de eslora, 20 pulgadas de manga y 24 de profundidad. En 1878 Holland encontró patrocinador en un grupo de irlandeses revolucionarios llamados Fenians, que andaban buscando una manera de acosar la marina de guerra británica. Construyó el prototipo de un pequeño submarino, el "Holland No. 1" para probar así sus teorías (incluyendo el uso de un motor de gasolina). Los ensayos fueron tan bien que animaron a construir otra unidad más grande, más guerrera.
En 1881 Holland fabricó el "Fenian Ram", un submarino de 31 pies de largo, armado con un espolón en arco y un cañón de aire. Las pruebas continuaron durante dos años a profundidades de 60 pies en trayectos de 1 hora. La velocidad en superficie y en travesía subacuática eran casi iguales: 9 nudos. En 1883 Holland y varios inversores crearon la “Nautilus Submarine Boat Company”, esperando vender un submarino a los franceses, que entonces estaban en guerra con Indochina. El prototipo de la compañía era el Holland IV, embarcación de 50 pies llamada "Zalinski Boat". Fue lanzado el 4 de septiembre de 1885 y el mismo lanzamiento le produjo graves daños y tuvo que ser rescatado y llevado a Fort Hamilton. La nave fue reparada, se hicieron otros lanzamientos pilotos pero la guerra francesa había terminado y la compañía se arruinó.
En 1881 Holland fabricó el "Fenian Ram", un submarino de 31 pies de largo, armado con un espolón en arco y un cañón de aire. Las pruebas continuaron durante dos años a profundidades de 60 pies en trayectos de 1 hora. La velocidad en superficie y en travesía subacuática eran casi iguales: 9 nudos. En 1883 Holland y varios inversores crearon la “Nautilus Submarine Boat Company”, esperando vender un submarino a los franceses, que entonces estaban en guerra con Indochina. El prototipo de la compañía era el Holland IV, embarcación de 50 pies llamada "Zalinski Boat". Fue lanzado el 4 de septiembre de 1885 y el mismo lanzamiento le produjo graves daños y tuvo que ser rescatado y llevado a Fort Hamilton. La nave fue reparada, se hicieron otros lanzamientos pilotos pero la guerra francesa había terminado y la compañía se arruinó.
C22. George W. Garrett
Un año después, en 1879, el reverendo anglicano George W. Garrett probó el "Resurgam", submarino accionado a vapor que estaba provisto de una caldera para las operaciones superficiales, y tanques a presión con vapor almacenado para las operaciones sumergidas.
Era la primera embarcación submarina motorizada y superó los ensayos iniciales haciendo un recorrido de unas 10 millas a una velocidad de 3 nudos, pero se hundió en las primeras operaciones con remolque. Sin financiación, pero con toda la convicción del mundo, Garrett llevó sus ideas a un rico sueco fabricante de armas, Thorsten Nordenfelt.
Era la primera embarcación submarina motorizada y superó los ensayos iniciales haciendo un recorrido de unas 10 millas a una velocidad de 3 nudos, pero se hundió en las primeras operaciones con remolque. Sin financiación, pero con toda la convicción del mundo, Garrett llevó sus ideas a un rico sueco fabricante de armas, Thorsten Nordenfelt.
C23. Thorsten Nordenfelt
Este fabricante de armas sueco entró en la industria de construcción de submarinos de la mano de Garrett, y la evolución de sus embarcaciones es equiparable a los obtenidos por Holland. En 1885 fue botado el "Nordenfeldt I", el submarino de 64 pies de eslora, 9 pies de manga y desplazamiento de unas 60 toneladas, estaba accionado por caldera de vapor en superficie y vapor acumulado a presión cuando navegaba sumergido (al igual que su primer proyecto el "Resurgam"). Su autonomía era increíble para la época: 160 millas en superficie y 15 en inmersión, a una profundidad máxima de 50 pies.

Iba armado con un tubo de torpedo externo. Para entonces, los torpedos eran utilizados por los barcos de torpedo superficiales relativamente pequeños y rápidos, pero las operaciones en los buques de guerra grandes fueron restringidas a la noche. Los torpedos del tiempo eran de corto alcance, y un barco de torpedo hubiese fracasado en un ataque a la luz del día, sin embargo, un submarino sí podía conseguir acercarse sin ser detectado, incluso a plena luz del día. Se tardaron doce horas en generar bastante vapor para las operaciones sumergidas y cerca de treinta minutos en sumergirlo. Además, según un informe de la inteligencia de la Marina Americana, una vez que son subacuáticos, los cambios repentinos de velocidad o dirección son muy peligrosos.

Sin embargo, las buenas relaciones públicas hicieron olvidar esos fallos de diseño que restringían las operaciones. Nordenfelt siempre mostró sus barcos ante un público de alta burguesía y realeza; y los submarinos Nordenfelt pronto fueron asumidos como el estándar a nivel mundial.
La marina de guerra griega adquirió el "Nordenfelt I" en 1886, y parece que no hizo nada con él. Lo que propició fue que la marina de guerra turca, rivales de los griegos pidieran dos unidades del “Nordenfelt II”, submarino más grande que el primero (100 pies de eslora provisto de dos lanzatorpedos). Cuando en la prueba del primer submarino se encendió el primer torpedo, el barco se inclinó y se hundió, por lo que el segundo barco turco nunca se finalizó.
La marina de guerra griega adquirió el "Nordenfelt I" en 1886, y parece que no hizo nada con él. Lo que propició fue que la marina de guerra turca, rivales de los griegos pidieran dos unidades del “Nordenfelt II”, submarino más grande que el primero (100 pies de eslora provisto de dos lanzatorpedos). Cuando en la prueba del primer submarino se encendió el primer torpedo, el barco se inclinó y se hundió, por lo que el segundo barco turco nunca se finalizó.

En 1887, el “Nordenfeldt III”, de 123 pies, con capacidad para navegar a una profundidad de 100 pies y con una velocidad superficial de 14 nudos, fue vendido a Rusia, pero encalló durante el camino en las costas de Jutlandia, y los rusos rechazaron la entrega, por lo que el barco fue desechado. Ese mismo año la marina americana anunció un concurso para la construcción de un barco de torpedo submarino, el incentivo fue de 2 millones de dólares. Las especificaciones se basaron en las posibilidades conocidas de un Nordenfeldt y la motorización a vapor debía considerarse de 1000 hp.

Los licitadores fueron Nordenfeldt, Tuck y Holland. El diseño de Holland ganó, pero debido a complicaciones de contratación, se le retiró la concesión, por lo que la competición se repitió un año más tarde, y Holland fue otra vez el ganador. Sin embargo la nueva secretaria de la marina de guerra invirtió los 2 millones del premio en barcos de superficie. Nordenfeldt perdió su interés por los submarinos; TUC se retiró a un asilo; y Holland consiguió un trabajo como ponente, ganando 4 dólares al día.
C24, Isaac Peral y Caballero
Este científico español tuvo una breve pero intensa carrera en la Armada Española, interviniendo en la Guerra de los Diez Años en Cuba y en la Tercera Guerra Carlista, acreditando pericia y valor, por lo que fue felicitado y condecorado. También destacó en trabajos y misiones de carácter científico: escribió un "Tratado Teórico Práctico Sobre Huracanes", trabajó en el levantamiento de los planos del canal de Simanalés (Filipinas) y en 1883 se hizo cargo de la cátedra de Física-Matemática de la Escuela de Ampliación de Estudios de la Armada.

En 1885, tras la denominada crisis de las Carolinas, en la que Alemania intentó arrebatar este archipiélago a España, Isaac Peral se consideró en la obligación de comunicar a sus superiores que había resuelto definitivamente el reto de la navegación submarina.
Tras un riguroso análisis de su proyecto, por parte de los más cualificados científicos de la mencionada Escuela de Ampliación, éstos dieron su aprobación para que fuese trasladado al ministro de Marina, Almirante Pezuela, quien recibió el proyecto con caluroso entusiasmo. Por desgracia, los sucesivos ministros que le sucedieron, demostraron indiferencia o abierta hostilidad (Almirantes Rodríguez de Arias y Beranger).
Tras un riguroso análisis de su proyecto, por parte de los más cualificados científicos de la mencionada Escuela de Ampliación, éstos dieron su aprobación para que fuese trasladado al ministro de Marina, Almirante Pezuela, quien recibió el proyecto con caluroso entusiasmo. Por desgracia, los sucesivos ministros que le sucedieron, demostraron indiferencia o abierta hostilidad (Almirantes Rodríguez de Arias y Beranger).

Gracias al apoyo de la Reina Regenta Dª María Cristina, el submarino de Peral fue finalmente botado el 8 de septiembre de 1888. Sin embargo, a pesar de éxito de las pruebas de la nave, las autoridades del momento desecharan el invento y alentaron una campaña de desprestigio contra el inventor, al cual no le quedó más remedio que solicitar la baja en la Marina e intentar aclarar a la opinión pública la verdad de lo sucedido.
